Cámara de seguridad “atrapa” a ladrón en La Habana

Este ladrón no imaginó que un vecino tenía una cámara de seguridad en su apartamento y que iba a captar su fechoría en cámara. Y además, divulgarlo en Facebook.

Un suceso si se quiere “raro” por cuanto no es muy común verlo en la isla de Cuba se ha dado a conocer en las últimas horas. Un cubano residente en La Habana ha divulgado unas imágenes captadas con la cámara de seguridad de su vivienda, en la cual queda al descubierto el rostro -aunque tapado en parte con un nasobuco- de un ladrón que presuntamente fue quien le robó los bombillos de la escalera de su edificio.

En su denuncia, hecha de manera pública en Facebook, el hombre dice que el sujeto presuntamente también es el que ha estado robándose otros bombillos en otras escaleras de otros edificios de la zona, aparentemente en horarios en los que todo el mundo duerme (domingo 7:30 am)

“Ladrón de bombillos de luz fría en el edificio de L 53, entre 11 y Calzada. Publíquenlo y de conocerlo decirlo a la Policía. Lo ha hecho en varios edificios de la zona”, escribió José Antonio Alonso, en su perfil de Facebook con la esperanza de que el post se hiciera viral y alguien reconociera al ladrón.

Normalmente, y debido a la crisis económica y atraso tecnológico en la isla, son bien pocas las personas que cuentan con cámaras de seguridad en sus viviendas; un “lujo” casi siempre reservado para gente que tiene un poder adquisitivo por encima de la media.

Son bien pocos además, los que como José Antonio Alonso se exponen así, a la luz pública, a “delatar” a un ladrón o a un bandido, pues la mayoría de los cubanos prefiere las denuncias de modo “privado”.

A veces incluso, las propias víctimas escriben cartas a la policía o llaman por teléfono de modo “anónimo”, temerosos de las represalias que contra ellos puedan tomar los maleantes. El nivel de corrupción e indiscreción es tan alto en Cuba, que por unos cuantos cientos de pesos cualquier agente del orden es capaz de revelar informaciones que son confidenciales. Este nivel de corrupción ha llegado incluso a los tribunales, y como las sanciones en muchos casos son verdaderas burlas, es fácil la toma de represalias por parte de los malhechores contra testigos y víctimas de sus fechorías.

En el caso de marras desconocemos si el sujeto ya fue atrapado o al menos identificado. Aparte de la mascarilla protectora, se le ve con una gorra y camiseta perfectamente identificables. Para robarse los bombillos, el sujeto se sube a una cubeta de pintura. Extrae el bombillo o la lámpara de luz fría y se marcha en la oscuridad.

Todo con una profesionalidad “espantosa”, pues según la cámara de seguridad, apenas demoró un minuto en ejecutar el robo.

Ariel P.

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