Biden o Trump anoche: ¿¡Qué dice el público!?

El Trump que los republicanos querían ver frente a Biden, y no el Trump del primer debate fue el que vimos anoche pero, ¿qué dice el público?

Nada mejor para comenzar el análisis del debate presidencial de anoche entre Joe Biden y Donald Trump, que recordar ese grito “gigante” de un programa que muchos aún extrañan en la televisión hispana de los Estados Unidos. El “¿¡Qué dice el público!?” del programa Sábado Gigante.

Sí, ya sé que “El Show de Don Francisco“ era un programa ligero, que a veces apelaba al sentimentalismo, pero Don Francisco era un gigante encima del plató y lo hacía todo más fácil y divertido. Mi abuela, que en paz descanse, solo veía “la competencia del Chacal de la Trompeta” y se extasiaba cuando el chileno se dirigía al auditorio y preguntaba: “¿¡Qué dice el público!?” y de las gradas gritaban: “¡Fueraaaaaaaa, fueraaaaaaaaaaa!”

Confieso que quizás, un día, solo para hacernos más ligera la noche, la televisión de los EE.UU. pueda tener debates presidenciales donde estén gente como Jimmy Kimmel, Trevor Noah, Conan O’Brien o un Don Francisco que, terminada la noche se vire hacia el respetable y diga: “¿¡Qué dice el público!?” y de las gradas le griten: “¡Fueraaaaaaaa, fueraaaaaaaaaaa!”, a un candidato, mientras que al ganador lo colmen de abrazos y le pongan una corona en el cuello.

Si una cosa quedó demostrada anoche es que Trump, no necesitaba el brete y las interrupciones de la vez primera para vencer al viejo Joe.

La versión que vimos anoche de Mr. President fue tan calmada y pausada, tan respetuosa de la figura que conducía el debate, que muchos en las redes hicieron notar que aquel hombre que estaba allí parado no era el mismo Donald Trump del debate presidencial anterior. Y por cierto, también diferente al Donald Trump de los debates presidenciales en el 2016.

¿Qué sucedió? Algunos podrán hasta decir que fue el coronavirus, aunque les aseguro que no lo creo. Sí puede haber sucedido que su propio equipo le haya dicho: “Mira, estás debajo en las encuestas; en el debate anterior, no te guíes por lo que dijo Telemundo y la gente de Miami que te ama y concéntrate, porque esas interrupciones te hicieron quedar mal y aquí están las estadísticas”.

Lo cierto es que la versión de Donald Trump vista anoche encantó a millones de norteamericanos. Sobre todo al americano “tradicional”, apegado al libreto de los debates antiguos pletóricos de decencia.

Se podrá argumentar que por momentos repitió lo mismo, el “no hiciste nada en 47 años” y el “¿quién construyó las celdas?”, frases que pudo haber obviado y mostrar más evidencias que un contexto separado en el tiempo.

Sin embargo, le dio duro Trump a Biden por vez primera, par de veces, o tres, en ciertos momentos de la noche. Falló, pienso que millones de norteamericanos lo piensen así, en decir que desde Abraham Lincoln ningún otro presidente había hecho más en contra del racismo que él, porque le dio margen a Biden a sacarle par de cartas -tres en realidad: mexicanos, musulmanes y Proud Boy – contra las que él, sinceramente, se quedó como un ajedrecista medio en las primeras décadas del siglo pasado frente al ataque Marshall.

Trump puede decir que ganó ayer, a pesar de su afirmación de que “las aguas están más limpias” cuando le hablaron del cambio climático, un tema en el que Mr. President sinceramente está como si fuera Chocolate MC frente a un piano y una partitura de Mozart. O cuando tambaleó frente a Biden cuando este le dijo que, mientras unos pocos se enriquecen en la bolsa, miles se arruinan y la ayuda económica no llega.

Este, de modo general, es el Trump que los republicanos querían ver frente a Biden, y no el Trump del primer debate. Un Trump capaz de convencer al votante aún indeciso.

¿Habrá sido la covid-19? ¿Los anticuerpos monoclonales del Regenerón? ¡Quién sabe! Por eso, desde acá, prefiero pedirle al lector que opine con respeto.

¿¡Qué dice el público!?

por Ariel P.