Cuba
Béisbol cubano: ¿Para qué más consultas?
“Marean” a los aficionados al béisbol en Cuba con nueva consulta. Mientras el deporte nacional cada vez se hunde más
Este lunes se inicia la gran consulta popular sobre el tema del béisbol cubano. Varias comisiones de expertos viajarán por todo el país recogiendo el sentir de los aficionados, sus críticas y propuestas para tratar de sacar a nuestro deporte nacional del atolladero donde se ha metido desde hace ya largos años.
Se llenarán hojas y hojas con las inquietudes que todos sabemos, con las mismas quejas e ideas que se exponen a diario en redes sociales y en cualquier esquina de cualquier barrio de Cuba y un poquito más allá; se harán más reuniones que generarán más papeleo para desbordar gavetas mientras el tiempo sigue corriendo y en la Televisión Cubana censuran el mejor programa de béisbol porque uno de sus periodistas pidió la sustitución del presidente de la Federación Cubana de ese deporte.
Hace dos años se hizo algo parecido y se “elevó” un informe a la Asamblea Nacional con los planteamientos de los cubanos. Los resultados se dieron a conocer en apretada síntesis sin que a estas alturas se haya movido un dedo para darle solución a esos grandes problemas que han enterrado al pasatiempo nacional.
Más de lo mismo, una palmadita en la espalda de los fanáticos para que expulsen una vez más sus demonios en una tos crónica que no curará a nadie mientras la política y un sistema social inefectivo económicamente sigan manteniendo el béisbol en su regazo, amarrado con fuertes correas.
Con las arcas vacías y un orgullo estéril que los domina y que les impide solicitar ayuda extranjera y reconocer como legítimos cubanos a los que juegan en otras ligas, jamás se podrá regresar a planos estelares y todo esto no pasará de ser una quimera que mantendrá entretenidas a las multitudes que sangran por este juego.
¿De qué manera un país en crisis financiera puede garantizar implementos deportivos para el alcance de todos? ¿Cómo se pueden mantener y construir nuevos terrenos a lo largo del territorio nacional? ¿Qué hace para ofrecerles salarios justos a toda esa masa de entrenadores y peloteros que inundan las áreas deportivas desde las categorías inferiores cuando médicos, maestros, y profesionales en general se las tienen que ingeniar para sobrevivir cada mes? Que alguien me diga de qué manera se pueden crear escuelas y academias especializadas sin presupuesto. ¿De qué sombrero mágico se pueden sacar billetes para alargar los campeonatos de niños y jóvenes, para que se juegue más béisbol y la Serie Nacional sea un escenario cómodo para sus atletas?
Por otra parte, que nadie me diga que hacen falta más consultas populares para acabar de sustituir a los máximos dirigentes que mueven los hilos de este deporte en la isla, para sacar del enclaustramiento a las Glorias Deportivas y crear un Salón de la Fama digno de toda esa historia tan grande que tiene la pelota en Cuba, para acabar de decretar al béisbol como patrimonio cultural de la nación e inundar la televisión de programas beisboleros que exalten y despierten las pasiones de las nuevas generaciones y realcen la labor de los cubanos que juegan en otras tierras.
Estas inquietudes salen a la luz todos los días en las redes sociales y en foros digitales (incluso de medios estatales) y los dirigentes del país las conocen bien. Han apostado a la suerte todos estos años y han perdido, a un cuadrangular en la novena entrada, a un lanzador con una jornada iluminada que domine contrarios, a los que juegan en la Liga japonesa, a un director milagroso o a un acuerdo salvador con las Grandes Ligas norteamericanas.
Ahora las opciones se acabaron, sobre la grama de los estadios quedan peloteros desmotivados que tienen que vender sus meriendas para subsistir, inundados de problemas psicológicos que atascan las buenas herramientas que Dios le dio para jugar béisbol, llenos de problemas técnico-tácticos que vienen arrastrando desde las categorías infantiles, minimizados e inefectivos ante rivales profesionales, sin fuerzas y con sus sentimientos patrios manchados por escaseces y necesidades.
La yerba crece en los terrenos, muchos niños no pueden practicar este deporte porque sus padres son incapaces de comprarles los implementos importados que necesitan, los buenos profesores se han ido a buscar fortuna a otros lares y los campeonatos son una odisea de escasos partidos y muchas vicisitudes.
Los cubanos no quieren más consultas, no necesitan más análisis ni estudios cuando saben que los pilotes que sostienen su pasatiempo más querido seguirán ahí, carcomidos por obesos comejenes a la vista de todos. Están hartos de mimetismos, de ineptos y de gente que se obstina en no ver el deporte como un negocio, como una entidad que sea capaz de generar ganancias para su propio desarrollo y creen que amamantados por el Estado y con consignas, volverán a llevar a este deporte al lugar que por derecho propio le pertenece.
Texto y foto: Roque Díaz
jorge morejon
November 25, 2019 at 10:44 pm
De los mejores análisis que he leído sobre la triste realidad del béisbol cubano.
Redacción Cuballama
November 26, 2019 at 8:50 pm
hola, jorge
le agradecemos los halagos a este texto escrito por un colaborador en la habana.