Las becas universitarias dejarán de ofrecer almuerzo a los estudiantes

Texto y foto: Vladia Rosa García

A partir del lunes 14 de octubre se suspenderán los almuerzos en las siete becas de la Universidad de La Habana

La Universidad de La Habana (UH) fue uno de los pocos lugares de Educación Superior en el país que no suspendió las actividades escolares durante la primera parte de la crisis energética. En las facultades se tomaron medidas como apagar los laboratorios de computación y los aires acondicionados. Los pasillos quedaron sin alumbrado y los alumnos con doble sesión académica comenzaron su horario de 9:30 am a 4:00 pm.

Otra adecuación será socializada en corto tiempo, pero en palabras de los directores, “nada tiene que ver con las dificultades eléctricas o cualquier situación similar. Sino con otras cuestiones de abastecimiento interno”.

El Centro de Altos Estudios comprende siete residencias estudiantiles: tres en el Vedado, dos en Alamar, una en Lawton y otra en La Lisa. Cada instalación posee más de 400 albergados. Todas ofrecen desayuno, almuerzo y comida a sus becados en un espacio dentro de los propios edificios.

A partir del lunes 14 de octubre se suspenderán los comestibles del horario del mediodía. Se concentrará la labor solo en el comedor Machado, local dedicado a ofrecer estos servicios a algunos trabajadores y estudiantes con sedes cercanas. “Conozco el sitio, he pasado en  ocasiones sobre todo durante el período de prueba, y no entiendo cómo van a meter ahí a tantas personas al mismo tiempo”, explica Ricardo, alumno de la Facultad de Economía.

Se agrupará la actividad en un solo espacio. “Al parecer el gasto de recursos es excesivo y se bota más de lo que se consume. En las distintas instalaciones se elabora la misma cantidad de alimentos. Por eso, si reúnen el servicio se ahorrará más”. Así difunden la noticia los educativos como justificación ante el estudiantado.

Esta regulación todavía no se ha comunicado oficialmente, pero ya se maneja entre los dirigentes quienes han ido alertando a sus alumnos. “Primero debieron reunirse con nosotros, preguntar si estamos de acuerdo y revisar los pro y los contra”, aclara Patricia, de Artes y Letras.

Una de las funcionarias encargadas de las reuniones en los estudiantes cuenta que la decisión viene desde la dirección de la Universidad de La Habana. “En nuestras manos solo está ponerlos al tanto. Ellos son los que pueden protestar y pedir mayor información. Además de discutir las razones de las molestias con los diferentes decanos”.

Desde finales del curso pasado, la resolución fue previamente abordada con el Consejo de la Federación Estudiantil del Alma Mater. “Cuando se planteó no parecía algo real. Recuerdo que muchos de los presentes reclamamos. Incluso hubo inconformidad por parte de los profesores y demás administrativos docentes”, dice uno de los participantes.

Solo se ofrecerá el servicio habitual los fines de semana y los restantes días a los trabajadores. Mientras, estarán cerrados los salones hasta las seis de la tarde. “Es muy incómodo trasladarse hasta allí, por ejemplo, ¿qué hago cuando suspendan las clases? Me quedo sin comer nada hasta por la noche, critica Laura, de Geografía.

Varias son las insatisfacciones expuestas en los grupos de Facebook. Sin embargo, no hay vuelta atrás. Los mayores afectados son ignorados por la rectoría y esperan.