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Cuba

Denuncian abusos y desorganización en banco de Holguín

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Una internauta identificada como Daniela María posteó en la red social de Facebook una denuncia con relación al mal trabajo que se desarrolla en el Banco de BPA de Holguín.

“Buenas tardes, quería hacer una queja sobre el Banco de BPA de Holguín”, comenzó diciendo la joven, aunque en realidad no era una queja, sino más bien un rosario de ellas.

Ubicado en la calle 12 entre Mariana de la torre y calle 17, Reparto Libertad, Holguín, narra la joven que ya lleva tres días yendo al lugar para recoger una tarjeta y no le ha sido posible.

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La responsable de entregar la tarjeta no estaba el primer día. Al segundo día sí estaba, pero como había una auditoría no atendieron a nadie.

“No lo dicen con antelación, solo dicen que van a cerrar y que ya no atienden a más nadie”, explica en su denuncia.

La joven se queja y con motivos: “Llevo 3 días para recoger una tarjeta y nada”.

Sus malestares en el Banco BPA de Holguín no terminaron ahí. Hoy jueves se levantó más temprano que de costumbre y…

“En el día de hoy por las anteriores experiencias decidí ir a las 6 am, y marqué en la cola, ya a las 12 del mediodía me dijeron que no me podían atender ya. La mañana perdida por gusto al sol”.

Luego continúa con su relato:

“Me quedé para que me explicaran porque no me podían atender y después de tanto rogar pude hablar con la jefa, la cual tenía una forma y un comportamiento inadecuado, solo quedábamos 3 personas, una mujer diabética que estaba conmigo desde las 6am sin probar nada, una doctora que atiende a las personas con cáncer y yo que también que soy del personal de salud, no tuvieron ninguna consideración”.

“La jefa de allí me respondió con mala forma, me dijo que yo tenía que calcular el tiempo para yo entrar, pero si fui desde las 6am !!!! Después me dijo que me iba a responder y me dejó esperando a mi y a las personas 3 personas que quedábamos, nos pudieron atender perfectamente ya que se quedaron allí conversando”.

La joven hizo además otros señalamientos al Banco BPA de Holguín:

➡️No le cabe un cartel más a esa puerta, ponen que no hacen tarjetas para no trabajar hace más de un mes que no hacen tarjetas, y el pueblo hoy en día necesita las tarjetas porque ya todo se vende por MLC
➡️Delante de mí colaron a 3 personas, se paran en la puerta y preguntan por el nombre de los que trabajan allí y entran, todo eso a la cara del pueblo
➡️No tienen las tarjetas, ni los papeles organizados por apellidos o de una manera que sea fácil buscar, no les miento con cada persona se demoran horas buscando su tarjeta
➡️Pierden el tiempo conversando, y en el teléfono
➡️Trabajan hasta las 12 m no les importa si solo atienden a pocas personas, ellos se demoran, si al final les van a pagar igual

Habrá que ver qué puede responder el Banco de BPA de Holguín al respecto, pero la situación de la joven sin dudas es lamentable; aunque más lamentable es aún que en toda Cuba sucesos así se repitan en todas las provincias.

Cuando hay arqueo de cajas, auditorías, inspecciones y hasta visitas “de arriba” en no pocos lugares se paralizan todas las demás actividades. La mayoría de las personas no rinden en sus trabajos, porque pierden mucho tiempo conversando o enredados en alguna de las tantas madejas burocráticas en las que diariamente se ven envueltos. Da igual si es una panadería, una cafetería, o una Oficina de Atención a la población.

Una anécdota personal sobre el mal trabajo en Cuba

Lo sucedido con Daniela María en el Banco BPA de Holguín me recuerda lo presenciado por mí en el año 1996 en el matadero de Lawton.

Tony, comprador de la Empresa Nacional de Abastecimiento Técnico a la Educación Superior (ENATES), empresa ubicada en Avenida del Bosque, Nuevo Vedado, La Habana, acudió una mañana al lugar para realizar la compra del mes. Había estado el día antes, por la tarde, y no le habían podido despachar su mercancía.

Sin embargo, a su llegada le dijeron que no podían despacharle “la carne”, porque en la oficina de contabilidad, había un problema con las computadoras y estas estaban apagadas. Tony les preguntó qué tenía que ver el matadero, despachar la carne, en el almacén, con una oficina de contabilidad.

“Es que no te podemos imprimir la factura”.

Tony, que era un hombre de un carácter muy fuerte, montó en cólera y en la mismísima cara de todas aquellas personas les dijo:

“Yo compro aquí, desde el año de la corneta, cuando no existían computadoras; cuando el Jefe de todo esto aquí venía a esta misma oficina, y los que estaban antes de ustedes trabajaban no con computadoras, ni calculadoras electrónicas, sino con aquellas que tenían una manigueta para sumar, y hubiese apagón o se estuviese acabando el mundo, nunca dejaron de despacharme”.

Y remató:

“O me despachan la carne con una factura en modelo oficial rellenada a mano, o me la llevo en una carretilla; partía de incompetentes”, gritó.

De más está decir que le despacharon la carne.

Tal vez Daniela María, para resolver su problema con el Banco BPA de Holguín, deba tomar enseñanzas de cómo, en ocasiones, hay que exigir derechos en una isla donde no se respetan derechos, ni siquiera los humanos.

Roberto A.



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