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Balance de daños en Catedral de Notre Dame ¿Qué se salvó? ¿Qué se perdió?
Una estudiosa española, minucioso análisis de lo que se salvó y se perdió en el incendio de la Catedral Parisina de Notre Dame, el monumento más visitado de Europa; una joya del gótico europeo que se había salvado hasta de los bombardeos alemanes en la II Guerra Mundial, y que el pasado lunes sufrió un incendio que al menos, destruyó gran parte de la nave central, la más importante del inmueble.
Profesora de Historia del Arte en la Universidad Camilo José Cela, de Madrid, ha realizado unEn un texto titulado ¿Qué perdimos en Nôtre Dame? Balance de daños artísticos, Valtierra Lacalle parte del análisis de que por el momento, toda la información referente al incendio no está clara.
Se sabe que, por ejemplo, los daños fueron de consideración y que, aunque hubo partes de la estructura y de las joyas patrimoniales del inmueble que sobrevivieron a la catástrofe, no se sabe con certeza qué podrá quedar en pie, y qué – por razones de seguridad – aunque haya quedado en pie, deberá ser derrumbado.
Aunque aún se espera la llegada de numerosos expertos en restauración patrimonial y arquitéctonica, y de hecho, se espera la llegada de los mejores del mundo en este campo por cuanto se trata de una joya de la arquitectura universal y un símbolo de toda Francia, los que ya están en el lugar tienen discrepancias en varios asuntos.
Uno de ellos referente a lo qué debe hacerse. El otro, referente al cómo.
La aguja o flecha, esa estructura alta y alargada que iba colocada sobre el techo de Nôtre Dame, y que formaba parte esencial del “gótico” de la Catedral – hay que recordar que una de los postulados arquitectónicos del gótico es la acensión al cielo, y por tanto es que se construyeron catedrales con estas “agujas”, mientras más altas “más cerca de Dios” – se destruyó completamente. Las imágenes de su caída estremecieron al mundo. Se trataba de una estructura construída con 500 toneladas de madera y 250 toneladas de plomo, que se erigía a 93 metros del suelo. Una altura impresionante. Una joya de la arquitectura medieval gótica mundial.
Aunque algunos señalan que esta no era la aguja original medieval, sino una restauración hecha en el siglo XIX, la estudiosa española nos lo deja bien claro:
“Que fuese una construcción más reciente no le resta valor. Se trataba de una restauración histórica, que formaba parte inexorable de la memoria del edificio, y sin la cual no podríamos entenderlo. “
También las cubiertas y las bóvedas fueron abajo. Para las primeras – ese recubrimiento que va por encima “del techo de piedra” que vemos desde dentro del atrio, se utilizaron no pocos cientos de los mejores árboles franceses para su construcción. Su dimensión es impresionante. 100 metros de largo por 10 de altura. Ya nada de eso existe.
Tras la caída de la cubierta, el peso de los maderos rompieron la bóveda, que para quien no esté familiarizado con el concepto arquitectónico, es ese mismo “techo de piedra” al que hacíamos referencia en el párrafo anterior. A pesar de ser de piedra colapsó.
La importancia de que estos se hayan podido salvar lo expresa la experta española, mejor que lo que pudiéramos explicarlo nosotros.
“Uno de los grandes logros de la arquitectura gótica fue la conquista de la luz. Fue el Abad de la vecina Abadía de Saint-Denis quien comenzó a plasmar la idea de que Dios era luz, y que como tal tenía que manifestarse en sus templos. Así, los fieles podrían entrar en contacto con Él mediante su contemplación. De esta manera, comenzaron a cobrar un gran protagonismo en la arquitectura las vidrieras, que permitían la entrada de claridad en los templos.”
La estudiosa dice que no se sabe qué daño han sufrido las pinturas, pero que con el calor de la piedra y el humo muchas deben haberse deteriorado. Y bastante.
Dos de los tres órganos fueron devorados por las llamas. Milagrosamente, el mayor de ellos y principal, se salvó.
“Se habla de reconstruir, y el gran debate que se abre aquí es cómo hacerlo,” apunta
200 de ellos fueron dados por Bernard Arnault, el tercer hombre más rico del mundo y francés. 100 fueron dados por el grupo petrolero francés Total. Otros 100 salieron del bolsillo del esposo de la actriz Salma Hayek, el ricachón François-Henri Pinault.
A ellos se sumaron en las últimas horas las familias Bettencourt (grupo L’Oréal), su propietaria, Francoise Bettencourt Meyers ocupa el lugar 11 en el listado de los más ricos del mundo – es la mujer más rica del planeta con una fortuna valorada en 53.8 billones de dólares -, quien donó 100 millones de euros; y un grupo numeroso de pequeñas, medianas y grandes empresas que donaron entre 1 y 10 millones de euros cada una.