Connect with us

Cuba

Bajanda, una alternativa para “andar” por las calles de La Habana

Published

on

Por Fausto González

El transporte en la capital de Cuba es uno de esos fenómenos raros que nadie puede explicar totalmente. Mientras más intentan cambiarlo, más se mantienen los problemas. Pero podría ser que donde las instituciones han fallado, la idea de un individuo pueda generar un efecto que perdure.

Los avances de las nuevas tecnologías en la isla, especialmente el acceso a internet desde los celulares, han abierto una puerta a emprendimientos antes pensados como imposibles. Si se tiene creatividad, casi cualquier empresa puede aprovechar las nuevas posibilidades que presenta la 3G.

Después de una caminata bajo el sol hasta la céntrica calle G del Vedado, me encuentro con Rancel Ruana, joven ingeniero informático y emprendedor, fundador, director y community manager de Bajanda App. Conversamos en una cafetería sobre este proyecto que busca cambiar la manera en que, tanto pasajeros como choferes, se mueven de manera ordenada por una ciudad siempre revuelta.

“Tuve la oportunidad de viajar a Panamá por primera vez hace tres años. Al salir del aeropuerto, busqué un taxi de los que siempre están ahí. Cuando llegué a mi destino y hablé con mis anfitriones me dijeron que había gastado mucho más de lo normal. Me enseñaron lo que era el Uber y más nunca me volvió a pasar”.

La realidad de Cuba en ese momento no hubiera permitido algo así, por lo menos no de manera eficiente.  “Cuando regresé a Cuba me puse a pensar en hacer algo parecido, pero era imposible por el estado tecnológico. Cuando empezaron a anunciar por la televisión que iban a sacar el servicio de 3G, me dije: la mía tiene que ser de las primeras que salgan”.

El 14 de febrero de este año se lanzó oficialmente la aplicación que, si se quiere describir en pocas palabras, es como Uber, pero aterrizada al contexto cubano. “Si ya existe un modelo que funciona de manera óptima, ¿por qué habría que inventar algo diferente?, ¿por qué vamos a intentar reinventar la rueda?”

La aplicación, en esencia, lo que hace es conectar a cualquier usuario con los choferes registrados en el sistema que estén más cerca y les permite determinar si aceptan la carrera (término comúnmente empleado por los taxistas para referirse a un recorrido) o no. También impone una tarifa por kilómetro de 0.85 CUC en un carro estándar, así como un costo mínimo de cada carrera de 5.00 CUC.  Rancel es consciente que esto resulta en que la mayoría de sus usuarios en la actualidad sean turistas, lo cual no es el propósito real del servicio.

Previo al lanzamiento se realizaron encuentros con cientos de conductores de taxis para conocer sus criterios y establecer una cantidad inicial de cara a la inauguración. El costo mínimo por carrera fue un punto no negociable: más bajo que eso no presentaba beneficio económico real, el precio por kilómetro podía ser más o menos, pero por menos de 5 CUC no se tomarían la molestia.

Bajanda más allá de la aplicación informática

“Yo pienso en Bajanda más allá de la aplicación informática. La veo como un servicio constante que estamos prestando” –cuenta con convicción Rancel. “La parte de la app está bien, y se hizo y se lanzó mejor de lo que esperaba, incluso. Pero lo importante es mantener la relación entre nosotros y los choferes, y con el público en general”.

Rancel es ingeniero de software, graduado de la UCI. En un momento de su vida fue taxista en La Habana, lo cual indudablemente influyó en su decisión de crear la aplicación. En su experiencia “no es fácil ser taxista y no existe tampoco una buena impresión de estos, y hay que humanizar un poco su trabajo. Al final del día son personas con necesidades como todos”. Sus objetivos parecen superar los puramente económicos, por más importantes que sean. Rancel desea facilitar el trabajo de los choferes de autos e incrementar su seguridad.

“Yo fui taxista durante un año y te puedo decir que los taxistas tienen problemas, especialmente durante las madrugadas. No es lo mismo recoger a un desconocido por la calle, que montar a una persona que está registrada en la aplicación, que su teléfono está guardado y que su viaje es controlado de alguna manera. Esto le da seguridad tanto al taxista, como al cliente”.

Esta es uno de las características clave de Bajanda, ese valor añadido que todo nuevo negocio debe buscar para separarse de lo que ya existe. Rancel agrega que, si bien no es perfecto y que con el paso del tiempo no podrán mantener guardado todos los registros de los viajes: “por ahora, es algo que ayuda a que las personas se sientan más tranquilas”.

“Usé Bajanda y cogí un carro a las 2:00 am y llegué a la casa sana y salva!” es uno de los tantos mensajes que han transmitido los usuarios a través de las redes sociales. Aquí yace la segunda fortaleza del servicio: su comunidad de usuarios y el trato personalizado con ellos. Cada vez que un usuario le otorga una mala calificación a un chofer, al momento están llamándolo para asegurarse que todo esté bien, conocer el origen del problema y solucionarlo de ser posible.

En poco más de un mes, la aplicación ya poseía tres mil usuarios registrados, y muchos se toman fotos, videos para compartir sus experiencias en las redes sociales. Y sigue en aumento el número de viajes que dan: “una vez que lo prueban se enganchan”.

Sin gastar en publicidad, Bajanda App cuenta con una visibilidad envidiable. Junto a los usuarios, son varias las empresas que han establecido algún tipo de relación de mutuo beneficio: sea el fotógrafo que realiza una sesión a la marca a cambio de la exposición de su obra, o restaurantes que están dispuestos a brindar un descuento o promoción especial a los comensales que lleguen en un taxi de Bajanda.

“No todo tiene que ser un acuerdo de pagar por obtener algo. Nosotros ponemos a algunos restaurantes como sugerencias de destinos en la aplicación y estos dan un pequeño descuento. Ambos nos beneficiamos y el cliente también. Creo que esta es la mejor manera de funcionar en conjunto, sin tener que estar pagando”.

Esa ética profesional forma parte de su cultura laboral. No solo el registro de los taxistas es gratuito, sino que además se les brinda un primer paquete de datos móviles gratis y se les enseña cómo conectarse a internet desde el celular. Más increíble aún es la forma en que el negocio obtiene los beneficios: por cada carrera que realice el chofer a través de la aplicación, debe pagar en las oficinas un 15% al final del mes.

Sin una pasarela de pago digital disponible en la isla, toda transacción tiene que realizarse directo del cliente al chofer, y confiar en que este cumplirá con su obligación. Hasta el momento todos los choferes han pagado a tiempo, sin necesidad de amenazarlos, perseguirlos, ni nada. Cuando el trabajo es beneficioso para todas las partes no hace falta pelear ni alzar la voz, ni temer que algunos de los socios roben.

Todavía queda mucho por crecer. Ahora mismo están evaluando iniciar su expansión hacia otras provincias y buscan afianzar más relaciones profesionales con negocios y taxistas.

“Pero hay muchas más cosas de la aplicación todavía secretas, que queremos ir anunciando mientras se incremente el número de usuarios. Además de otrasque solo serán posibles si sigue aumentando el nivel de conectividad del país: llamada directa entre el chofer y el usuario directamente a través de la App, mejor geolocalización, etc…”

Una de las principales dificultades que experimentó el equipo fueron las condiciones de conectividad del país. En palabras de su fundador: “Hacer la aplicación no tuvo problemas. Eso no es lo difícil. El problema es adaptarla para que funcione con el tipo de conexión que existe en Cuba, y más difícil es enseñarles a las personas a utilizarlo”.

La interfaz se puede simplificar, el gasto de Megabytes (MB) puede reducirse; pero educar a una población tan grande es un gran reto, más si recordamos que en Cuba solo hay internet en los celulares (de manera generalizada) desde fines de año.

Hay razones para ser cínico y pensar que los resultados tan positivos de la empresa en la que se han embarcado son solo a causa del poco tiempo que lleva funcionando. Es válido pensar que al final, más tarde o más temprano, todas las iniciativas en Cuba terminan desinflándose, especialmente las que se refieren al transporte urbano. O se pueden cuestionar los objetivos nobles de beneficio mutuo y de trato humano en una isla con tanto ajetreo, calor y mala forma.

Es normal ser incrédulo. Pero hay algo nuevo en todo esto. Las nuevas tecnologías y aperturas económicas que experimenta el país están causando un impacto que puede ser más resistente de lo que creemos. Gente joven, armada con creatividad y con conocimiento de causa de los problemas del cubano de pie, puede ofrecer algo que muchos no creían que necesitaran. Pueden ofrecer una alternativa.

 


 

¿Quieres reportar algo? Envíanos tu información a:

[email protected]

Comentarios

LO MÁS TRENDING

LO MÁS VISTO