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Sobre el estreno de “Bajanda Now” conversó Cubacomenta con el joven realizador cubano Yimit Ramírez González

Chocolate MC, el rey del reparto, aparece en un featuring que muchos ni imaginaron en los mejores sueños. Lo ha logrado el joven realizador cubano Yimit Ramírez González y hace apenas tres días lo estrenaba en su canal de YouTube Voltus Think. “Bajanda Now” es el título del feat entre Chocolate y Santiago Alvárez, ya fallecido en 1998, y que fuera el director del noticiero ICAIC y de ese documental mítico que es Now.

Ramírez González no se anda con indirectas. Va al pulmón. Juega hábilmente con lo que algunos consideran como insignias intocables. Su arte lo toquetea todo, no hay límites.

La letra de la canción de Chocolate MC se mezcla con imágenes recientes de la represión en Cuba que se vinculan con aquellos policías de Now. Repite varias veces aquella caída de Fidel Castro del 21 de octubre del 2004 y figuran también otros jerarcas del castrismo.

En el momento que aparece en el videoclip Humberto López, el Choco canta: “Y las ratas en La Tribuna ‘ciéndose los repas”. Y ya es lo supremo cuando José Martí hace los coros en: “Bajanda/Soy el originalda, ustedes están copianda, ustedes están inflanda/Bajanda/Ahora se va a calentar la yarda/Ahora es que yo quiero ver sus guapangas/Bajanda…”

Sobre el estreno de “Bajanda Now” conversó Cubacomenta con Yimit Ramírez González.

¿Por qué la asociación con Now, ese documental sobre la represión en la década del 60 contra los afroamericanos en EEUU?

Unos muy buenos amigos están haciendo una película y me invitaron a hacer una versión actualizada de Now de Santiago Álvarez e inspirado en el Bajanda que hice sobre Chocolate MC y Silvio Rodríguez hace algún tiempo. Me fascinó la idea y acepté participar.

A partir de ahí tuve libertad total. Me encantó la idea de un remake de Now actualizado a estos tiempos y crear la ilusión conceptual de que Santiago, desde el pasado, criticaba la actualidad de Cuba. De que lo mismo que se criticó, y por lo que se luchó y defendió, está pasando ahora.

¿Tuviste que consultar con Chocolate, cómo fue el intercambio?

Con Chocolate no he tenido contacto ni cuando el primer Bajanda, tampoco ahora. Le he mandado algunos mensajes, pero no me ha respondido.

A mí personalmente me gusta mucho Bajanda y algunas otras de sus canciones. Él es un personaje muy creativo dentro de su género y muchas veces me hace mucha gracia y me cae bien, otras no tanto.

Sigo siempre que puedo sus directas y las locuras que hace. Me encantó cuando se autoproclamó ministro de Cultura. Bajanda es un himno indiscutible de la Cuba de a pie, es una palabra que se ha pegado en Cuba y se usa en la calle. Le viene perfecto al gobierno de Cuba que tendría que ir bajanda, bajandandanda.

 

Dentro de Cuba, ¿cuáles han sido las reacciones, algún ataque?

Publiqué la reacción de unas amigas y tengo otras que iré publicando; a la gente le gusta y a algunos les asusta ver usar la imagen de Fidel cayendo. Una amiga lloró cuando acabó. Creo que es una pieza potente y divertida para las redes. Y apoya la actual causa común que me une incluso con personas que cuando se logre la democracia, posiblemente este en desacuerdo. El derecho a tener derechos.

Me encanta crear también para medios más rápidos como las redes y con más libertad y soltura muchas veces que el cine. Voy subiendo algunas a mi canal de YouTube a ver si van subiendo los suscriptores y voy creando mi propia plataforma. Ahora mismo, en la Cuba de hoy, las redes sociales son una maravillosa arma de reivindicación de derechos perdidos.

Ya con Quiero hacer una película la petó. En 2018 el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) censuró la ópera prima dentro de la Muestra Joven, pero en noviembre 2020 se estrenó este mes en el festival español Rizoma.

En Hypermedia Magazine al referirse a Quiero hacer una película de Yimit Ramírez González,  Legna Rodríguez Iglesias dijo: “No hay otra película cubana que diga lo que dice . No pude contar los diálogos, y solo la vi una vez. No quiero verla de nuevo hasta que se me pasen las ganas. Las ganas y la necesidad. Creo que la película habla de ganas y de necesidad. Y de cómo esas ganas y esa necesidad explotan como una cafetera cerrada puesta en una cocina de gas o eléctrica al amanecer, en una pocilga en el corazón de La Habana, en el interior rotundo de la oscuridad”.

Neus Francino



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