Yunior Aguilera le responde a Humberto López

La respuesta en modo de preguntas que le dejara ayer el joven dramaturgo cubano Yunior Aguilera a Humberto López, luego de su más reciente desafuero frente a las cámaras del NTV, son más que claras:

“¿Qué tal si el pueblo considera que el gobierno viola la constitución al negarle sus derechos fundamentales, como su libertad de pensamiento, conciencia y expresión? ¿Qué tal si concluye que no se le respeta su dignidad, su domicilio, su intimidad personal y familiar, su correspondencia, su libertad de entrar, transitar y salir del territorio nacional? ¿Qué tal si algunos plantean que no existe, en efecto, libertad de prensa, que no están recibiendo del Estado información veraz, que se reprimen sus derechos de reunión, manifestación y asociación pacíficas, o que sus quejas y peticiones a las autoridades se ignoran, olímpicamente?”

¿Qué tal si el artículo 4 se interpreta, como debe ser, a favor del pueblo? ¿Qué tal si el pueblo se harta de los tarifazos, las terapias de choque, los todavía bajísimos salarios, las tiendas exclusivas en moneda extranjera, los monopolios y otros engendros del peor capitalismo posible? ¿Significa esto que puede levantarse en armas contra el gobierno, ejerciendo un derecho legítimo y constitucional?

O esta otra: “¿sería lícito que combatan, por todos los medios, contra quienes violan sus derechos constitucionales impunemente?”

Posiblemente, alguien con un poco más de seso que Humberto López -lo cual no es difícil encontrar- ya le haya advertido al nuevo Otto Meruelo de Cuba, que su evocación al artículo 4 de la Constitución para defenderse de los artistas del 27N es más que un boomerang, un arma de doble filo.

Este artículo, a semejanza de no pocos en otras constituciones, expresa:

“Los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución”.

Y sí, fue usado por Humberto López en el NTV a modo de amenaza -como bien expresa Yunior García Aguilera- “contra un grupo de jóvenes pacíficos que luchan por defender sus derechos y libertades, así como por participar, cívica y democráticamente, en la realidad de la Nación”.

Nada de lo que han hecho Yunior y el resto de los artistas y activistas del 27N es anticonstitucional. De hecho, no lo es intentar mejorar mediante reformas la Constitución.

Aunque Humberto López crea que no, y que ciertamente crea que intentar modificar en un punto la Ley Suprema de Cuba sea contrarrevolucionario; y que a quien intente una mejoría en el sistema se le puede combatir con las armas, bien se lo recuerda Yunior en su texto.

“La nueva Constitución debe ser respetada hasta que decidamos ir a Referéndum, otra vez”, señala el joven dramaturgo antes de devolverle la pelota a la cancha belicista de Humberto López:

“Humberto López parece sugerir, con una irresponsabilidad infinita, en horario estelar, que cualquiera puede machetear, apedrear o disparar contra los jóvenes del 27N. Pero olvida que a otros se les podría ocurrir otra lectura del artículo 4”.

Roberto A.

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