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Cuba

Humberto López ¡Usted sí que es un mercenario!

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En cuanto a recibir beneficios, Humberto López sí que ha sabido tomarle la delantera a viejos conocidos y voceros del gobierno.

Casa, carro, guardaespaldas… ¡de todo tiene “Humbrete”!

El vocero de turno del gobierno cubano, Humberto López, no soportaría una mínima auditoría de finanzas y legalidad, si es que en el Macondo cubano imperara algún día la honestidad y el decoro, o a todos sus habitantes se les tratara y juzgara del mismo modo.

Solo basta mencionar que Humberto López estaba viviendo hasta hace muy poquito en una casa que alquilaba ilegalmente en la barriada de Jaimanitas, sin ser molestado ni por la PNR, ni por el MININT, ni siquiera por un inspector despistado de Vivienda.

Sin embargo, tras ser descubierta su ubicación y auto en que se mueve, el castrismo – o tardocastrismo, como bien insiste en señalar el colega Carlos Cabrera Pérez desde Cibercuba – renovó sus votos con su vocero y perrito faldero. A Humberto López le dieron una casa en Miramar y le cambiaron en auto.

También le cambiaron el número de teléfono, toda vez que este fue filtrado (junto con el de su madre) y la plataforma digital Cubanos por el Mundo asegura tener una fuente “familiar” que dice que ETECSA en contubernio con la Seguridad del Estado le cambia el número telefónico cada 21 días. A él y a Lázaro Manuel Alonso.

¿Recuerdan la polvareda armada por unas cuatro latas de atún presuntamente compradas en España y con las que, aseguraban los fieles obedientes guerrilleros cibernéticos, se alimentaría la tropa acuertalada en Damas 955 el pasado mes de noviembre? Ninguno de ellos dijo nada cuando Humberto López fue descubierto, trapichando una caja de pollo y una de botellas de aceite, las cuales trasladó en su auto particular, de un almacén del gobierno (comercio en Colón), hacia un destino no precisado.

Un vil mercenario pagado con el erario público del gobierno cubano, que se lo saca al pueblo de las costillas.

Cuántas ilegalidades, ¿verdad?. Humberto López no ha respondido con claridad nada de esto, y su acumulación de méritos es tal que ayer, alguien cansado de tanta infamia le arrojó una lata con chapapote a la fachada de la casa de su madre, en Colón.

En cuanto a beneficios, sí que Humberto ha sabido darle alante a algunos de los más encumbrados voceros de eso que en Cuba, algunos insisten en llamar socialismo.

Randy Alonso, por ejemplo, que viene dándole duro a la cintura desde el 1999, no ha tenido la suerte que ha tenido Humberto López en su breve palmarés televisivo. Eso sí, le dieron un señor apartamento con todo dentro – electrodomésticos – en el edificio de Fama y Aplausos. Luego, cuando se divorció, le dieron otro apartamento – sin nada dentro – en 23 y E. El cual permutó por uno en Playa.

Arleen Rodríguez Derivet, por citar otra que le ha dado duro a la caja de bola a favor del gobierno, ni siquiera ha tenido necesidad de eso. Su padre, trabajador de la Base Naval de Guantánamo, le dejó un dinerito – eso sí, legal – para que ella eluda los vaivenes económicos en la isla.

Más pobre, Rosa Miriam Elizalde, tras una serie de matrimonios y amantes fallidos finalmente – dicen – ha tenido la suerte de engancharse con el abogado norteamericano José Pertierra, previa presentación de las partes hecha por Arleen.

Ninguno de ellos, sin embargo, tiene lo que tiene Humberto López. Que ayer llegó a su nueva casa, acompañado y todo de escolta policial.

Ariel P.



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