Cuba
Willy Chirino no falta en las fiestas cubanas de fin de año
Se acerca el fin de año, los familiares que no viven en la isla ya son esperados. Y que en la fiesta no falte Willy Chirino
Si alguna parte de la casa cuida Olga durante todo el año, es la terraza y el patio. El caso es que siempre, a finales de diciembre, el lugar tiene que estar listo para la fiesta. No puede faltar la familia, y tampoco el CD de Willy Chirino.
Nada ha reemplazado ese álbum musical, regalo de su hijo Ignacio antes de irse a Estados Unidos a principio de los noventa. “Él me decía, tú verás, vieja, el tiempo vuela. Escucha Nuestro día ya viene llegando, piensa en mí y tira días para atrás”.
Para el hijo de Olga, como tantos otros que han decidido nadar a la otra orilla, la música de Willy Chirino no se ha ido de esta tierra. Si bien es cierto que la prefieren los adultos, quienes recuerdan el inicio de sus éxitos en los años 70, en muchas festividades suenan los temas de quien es considerado por algunos, uno de los creadores del sonido de Miami.
“Es increíble cómo él no hizo su carrera musical en la isla, y sin embargo, siempre hubo un público que lo siguió, lo escuchó y todavía lo disfruta con orgullo. No falta el que en una celebración grita “Oye, ese es cubano”, cuenta Amaury Valdez.
Para Sonia García, cubanoamericana que ha venido a pasar los últimos días del año en el archipiélago, Willy representa a miles de cubanos que viven en Miami y aun así no se desprendieron nunca de las raíces. “En la mayoría de nosotros perdura la añoranza y, hasta la esperanza, de ver a este país mejor. Por uno, por la familia, por los amigos, por nuestros padres y abuelos, que murieron aquí esperando lo mismo”.
“Es que si te pones a pensar es un constante retrato de la sociedad y de este sistema. La jinetera, Cuba qué lindos son tus paisajes, Háblame de Jatibonico y tantas otras”, dice Elpidio Sánchez de 56 años. “No te voy a negar que generalmente la preferimos, vaya, los tembas. Quienes bailábamos con él en los 80 y los 90. Los muchachos, tal vez lo escuchen por su familia. También uno siente las letras porque vivió aquellos momentos donde la emigración sí tenía una carga emotiva más fuerte, no es como ahora que todo el mundo se ve por el teléfono. Antes era peor. Del carajo”.
“En mi casa hasta ahora, gracias a Dios, nada más se aproxima el 20 de diciembre empieza a llegar la familia de afuera. Viene también la de Santa Clara y eso es dominó con Willy Chirino todo el tiempo”, agrega Yoyita. “Baila conmigo y Hechizo de luna llena, esas son constantes. Luego, cuando pasan las fechas y todo el mundo vuelve a su lugar no me gusta ni volverlas a oír. Me cae el gorrión, y de qué manera”.
Lucía Jerez