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EEUU

Votación en la Florida: Republicanos y Demócratas se acusan entre violaciones y demoras

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por Roberto Lamelo

La Florida se ha convertido otra vez en el hazmerreír de América.

Otra vez, se vuelcan hacia el estado más al Sur de la nación, todas las miradas de la prensa, electores, ciudadanos preocupados, políticos de un lado y del otro, y ninguno, absolutamente ninguno tiene una respuesta para dar por finalizado un problema que es tan viejo como el cuento de Alí Babá y los 40 ladrones: el problema de las votaciones y del sistema electoral de la Florida.

Las fallas de este sistema se pierden en la memoria. Se han visto perjudicados durante años, candidatos de un lado y del otro. Los últimos que recuerdo: los candidatos presidenciales Al Gore y Barack Obama.

En la Florida pasan cosas como estas: el actual Alcalde de Miami, Francis Suárez, el mismo que fuese elegido con apenas un 11% de los votantes de la ciudad el martes, pedía en una de las Enmiendas, que lo nombrasen “Alcalde Fuerte” para tener más poder de decisión en la ciudad sobre los demás alcaldes. Hoy, Francis, tiene menos poder que nunca, y el Miami Herald ha revelado que votó por Andrew Gillum; pero no nos desvirtuemos. La cosa “gorda” viene en otra dirección.

El martes, el aspirante a gobernador de la Florida por el lado demócrata Andrew Gillum, se acostó derrotado y cabizbajo tras el repunte “rural” – basta mirar el mapa – con el cual Ron de Santis le sacó casi un punto y medio de ventaja cuando apenas quedaban unos colegios por cerrar. El miércoles, Gillum despertó y descubrió que la ventaja del republicano sobre él se había reducido a un magro 0,7%. Por la tarde, ya era de 0,4%.

Hoy jueves, Gillum, tras recibir la ¿buena? nueva de que todavía algunos colegios en el estado se encontraban contabilizando boletas, dijo que está ‘esperanzado’ con un resultado favorable. La distancia que lo separa de DeSantis es de 38.515 sufragios (0,47 puntos). Con más de 8,2 millones de votos escrutados, DeSantis tiene 4.069.451 (49,62 %) y Gillum 4.030.936 (49,15 %). Ello hará necesario un recuento manual de los votos.

También el defensor de la silla senatorial Bill Nelson pensó el martes que Rick Scott lo había aventajado de manera irrebatible. El miércoles por la mañana la diferencia se fue acortando tanto que, apenas ahora llega a un 0,17%, y si se dictamina que hubo un error entre el número de votantes en el Condado de Broward con relación a una cifra emitida, la diferencia quedaría en unos 7483 votos.

Pero oh, floridanos… el repunte ahora en el 2018 le duele a los republicanos.

Marco Rubio, probablemente el senador más impopular de toda la nación, Senador por la Florida, cubano-americano, ha dedicado – no sin razón – media veintena de Twitters a criticar violaciones sobre el manejo de las votaciones en la Florida que, si nos ceñimos a la memoria, son las mismas violaciones – o parecidas – a las que le dieron la victoria a George W. Bush sobre Al Gore en el año 2000.

Ese año, cuando apenas quedaban unos pocos cientos de votos por revertir la votación, con sobrados ejemplos de máquinas rotas, boletas “desajaustadas”, fueron los republicanos los que llevaron entonces la voz “cantante”para detener el conteo, y así nos los recuerda Rick Hansen, Profesor de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de California en Irvine.

En caso de que seas demasiado joven o no recuerdes los detalles: cuento la historia de Florida 2000, en todo su partidismo, avería de la máquina, gloria incompetente, en el capítulo 1 de TheVotingWars

Para el que tenga dudas, vaya a Amazon y compre el siguiente libro: Voting Wars Florida Election Meltdown .

También Trump, en un alarde de excelente sátira, dijo que “había que echarle la culpa a los rusos y pedirle una disculpa a Vladimir Putin”.

También Rick Scott, quien todavía no es al parecer un claro ganador del escaño en el Senado que disputaba con el senador Bill Nelson, dijo en una conferencia de prensa el jueves por la noche que “la gente de la Florida merece justicia y transparencia”, y que los supervisores “no nos la dan”.

“A todos los floridanos les debe preocupar que exista un fraude de votantes en los condados de Palm Beach y Broward”, dijo. “No me quedaré ocioso mientras los liberales no éticos intenten robar esta elección a la gran gente de Florida”.

Scott llamó “partisanismo” al hecho de que Gillum intente hacer valer que cada voto cuente. Gillum le respondió de esta manera:

“No es partisanismo, es democracia”.

Es curioso que lo diga Scott, quien como actual gobernador de la Florida, y por tantos años, no ha hecho entonces NADA por eliminar de una vez todas las “nocivas” prácticas que, diríamos, “año tras año” ponen en boca de todo el país al sistema electoral de la Florida.

Por decirlo de un modo más sencillo: ¿qué critica Scott si él es responsable como Gobernador del estado?

Mientras, en las redes, se suceden post, fotos y videos que recogen momentos en los que se aprecia de manera vergonzosa cómo opera el sistema electoral de la Florida.

Quizás el más escandaloso de todos es la serie de fotos y videos, junto a un texto que explica lo sucedido, subido a Facebook por Jo Ann Knox, que recuerda tristemente la vieja técnica del llamado “cambiazo”. Véanlo con sus propios ojos.

Dicho lo dicho, y visto lo visto, esto me recuerda al célebre refrán – creo que cubano – que recoge, con asombro como el majá, le dice “arrastrado” al jubo.

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