Cuba
Viceministro cubano: cualquiera puede aspirar “a tener su Amazon”
Un viceministro cubano habla y habla en la Mesa Redonda de apoyo a la innovación y tecnología. Al parecer, este hombre vive en las nubes.
En el programa Mesa Redonda del pasado 7 de abril, un viceministro cubano afirmó que toda empresa puede aspirar a ser de alta tecnología y sus palabras parecen insinuar que “cualquier cubano” puede aspirar a tener su Amazon, o ser una versión caribeña de Jeff Bezos.
Eso, para quien desconoce la realidad cubana, sería una excelente noticia: que el restrictivo gobierno cubano dé luz verde a cualquier prosperidad que manifieste un incipiente negocio. Para los cubanos, acostumbrados a ver cómo opera el gobierno, es otra palabrería más que se lleva el viento.
Dejemos a un lado la envidia del vecino y del Presidente del CDR. Dejemos a un lado el acoso del Jefe de Sector. ¿Qué cubano no ha visto cómo un coterráneo suyo levanta cabeza y prospera y de pronto llega “Papá Estado” y bajo el manido argumento de que en el socialismo no puede haber ricos, le decomisan todo de un día para otro?
¿Qué sucedió no hace mucho con el llamado Rey del Queso? Por favor, más respeto con el pueblo y la memoria “histórica”.
Que José Fidel Santana Núñez, viceministro primero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, diga que “cualquier empresa puede aspirar a ser de alta tecnología si cumple con los requisitos y principios establecidos para ello” – no especificó este hombre si privada o estatal y por tanto, debe referirse a todas – evidencia que, o está muy adoctrinado, o sueña recurrentemente con los peces de colores.
Puso como ejemplo, la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos Avanzados (Citmatel), y dijo que hasta la actualidad se han aprobado cuatro Empresas de Alta Tecnología (EAT) en Cuba: Citmatel, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Centro Nacional de Biopreparados y el Centro de Inmunología Molecular, pero, ¿han apoyado – ha apoyado el Estado – a otros proyectos independientes y privados? No.
Cuando más, se han hecho los de la vista gorda, pero no consta – y por favor, si alguien puede corregir el dato sería interesante – un ejemplo de que cooperen de buena voluntad con la investigación, desarrollo e innovación, de proyectos como el de un hombre en Holguín que tiene una máquina rudimentaria para producir ladrillos a partir de desechos y, hasta el año pasado, nadie le había tirado un cabo para que multiplicase su proyecto y su maquinaria.
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Confieso que luego de escuchar a José Fidel Santana Núñez, viceministro primero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, hablar de “tecnología”, el primer nombre que me vino a la mente fue el de Hermides Borges Betancourt.
Este hombre, residente en el holguinero municipio de Báguanos, tiene una máquina que produce 2400 bloques en 8 horas de trabajo; y hasta el año pasado nadie, ni siquiera el CITMA, le había ayudado a elevar los estándares tecnológicos, para producir “productos y servicios de alto valor agregado y énfasis en el mercado exterior”.
Entrecomillo las palabras de Santa Nuñez, recogidas por la ACN, pues este hombre no contaba, allá en Báguanaos, con el asesoramiento necesario para poner su conocimiento en función de la producción a gran escala.
Por supuesto, tampoco Hermides podía soñar con exponer sus resultados “de la investigación científica y tecnológica propia, como de la asimilación y empleo de conocimientos” – procedentes de fuentes externas o no – en función de realizar “exportaciones e importaciones directas”.
El viceministro cubano Santana Nuñez podrá hablar del Decreto 2/2020, que dispuso la aprobación de las EAT, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, como normativa que da cumplimiento a “la Política Económica y Social del Partido, que propuso definir y crear esas entidades con estímulos fiscales y tributarios, para promover las instituciones con una economía basada en el uso de la ciencia y la innovación tecnológica”. En la concreta, los cubanos que viven con los pies puestos en la tierra, solo aprecian trabas.
Y más trabas.
por Ariel P.