Turquía y Rusia respaldarán la producción de alimentos en Cuba

¿Cómo puede influir en la alimentación diaria de los cubanos la colaboración con Turquía y Rusia?

Ante las carencias de todo tipo que persisten en la isla, no asombra a nadie llegar a una tienda y hallar productos importados desde los sitios más insospechados del mundo. Pollos de Turquía, sopas chinas, leche condesada de Tailandia, salchichas de Canadá, maicena de la India y jugos de Irlanda han llenado los estantes de muchos establecimientos.

“A veces yo me río porque mi mamá dice que el pollo de la tienda no le sabe a nada”, cuenta Esther Borges. “Y yo le respondo, imagínate mima. ¿Tú sabes el tiempo que se pasa eso en congelación? Los últimos que leí tenían una etiqueta que nombraba a un país árabe. Y así sucede con la mayoría de las cosas que consumimos”.

Aun cuando el gobierno se empeña en disminuir las importaciones y aumentar la producción nacional, esto sigue siendo una aspiración que requiere de muchos esfuerzos y de una autonomía que, evidentemente, no ha alcanzado la mayor de las Antillas.

Hace pocos días el presidente cubano Miguel Díaz Canel aseguró en reunión con funcionarios gubernamentales que Rusia invertirá en la flota pesquera de Cuba. Los convenios se firmaron durante la gira del mandatario cubano por esa nación en octubre pasado.

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La noticia, a la que ya han hecho referencia los medios, no sorprende demasiado a ninguno de los ciudadanos, acostumbrados a que el país sea amamantado por cualquier socio del momento. No obstante, ha generado expectativas en cuanto a los beneficios que pudiera recibir la población en su dieta básica.

“Habría que ver. Yo no sabía ni que aquí quedaba flota pesquera”, dice Ernesto Abreu. “Me imagino que si Rusia invierte en eso ya no llegue a la bodega pollo por pescado, ni vengan a los mercados industriales la libra de jurel a 30 pesos donde la cabeza ocupa la mayor parte”.

Según el periódico Granma, el proyecto de colaboración que ejecutará Turquía estará relacionado con la siembra de garbanzos en la provincia de Sancti Spíritus, y la introducción de nuevas variedades de la especie en el archipiélago. A juicio de Díaz Canel, este cultivo resiste a períodos de sequía y podría ayudar a que el pueblo disponga de una mayor cantidad de granos en diferentes épocas del año.

Para no pocos habitantes de Cuba los frijoles, lentejas y chícharos que llegan a las bodegas están, casi siempre, en pésimas condiciones. “Yo los he visto hasta con bichos. Garbanzos nunca han entrado. Los venden en la tienda, si mal no recuerdo son mexicanos y cuestan casi 50 pesos el paquete, más todo lo que necesita agregársele al potaje”, expres Silvia Otero.

De acuerdo con las notas informativas de la prensa oficialista, el plan cuenta con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y constituye un programa que busca incrementar la capacidad de la nación para producir de forma sostenible y dar a acceso a una nutrición diversa, balanceada, sana e inocua.

Texto y foto: Lucía Jerez