Todos los abrazos para papá son pocos

Llega el tercer domingo de junio, ese día en que hay que mimar a los papás. Y entre todos en la familia hacerles sentir que son hombres únicos en nuestras vidas.

En Cuba, la primera vez que se celebró el Día de los Padres fue el 19 de junio de 1938. El festejo lo promovió la poetisa Dulce María Borrero. Era hija del Dr. Esteban Borrero, un notable profesor y médico camagüeyano.

Desde entonces han pasado ochenta años. Y las ganas de felicitar a papá en su día han crecido proporcionalmente. Lo que somos hoy refleja mucho de las enseñanzas y vivencias que cada uno de nuestros papás compartió con nosotros. No lo olvidemos nunca.

Uno de los más grandes cubanos, José Martí, escribió un libro de poemas para su hijo. Cuando uno lee Ismaelillo, en cada unos de sus versos se entiende inmejorablemente qué significa el amor de un padre.

En 1882, cuando el libro fue publicado, Martí llevaba un año separado de su hijo tras divorciarse de Carmen Zayas Bazán. Desde el prólogo de Ismaelillo, todo es amor: “Hijo: Espantado de todo me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti. Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has aparecido. Cuando he cesado de verte en una forma, he cesado de pintarte. Esos riachuelos han pasado por mi corazón. ¡Lleguen al tuyo!”

El amor de un padre, sus consejos, sus miradas, sus regaños, sus besos, sus caricias y sus abrazos van siempre con nosotros. Todos nuestros papás merecen la mejor de las felicitaciones este domingo 17 de junio. No ahorremos ni una pizca de cariño para ellos. Que cada familia los llene de amor. Si no estás a su lado, dondequiera que te encuentres, procura que tu papá te sienta más cerca que nunca. Que no repare en la distancia. Es su día.