El Teatro Sauto, de Matanzas, abre sus puertas otra vez

Texto y fotos: Lucía Jerez

Regocijo entre los matanceros: el famoso Teatro Sauto reabrió sus puertas el pasado 12 de octubre

En el 2009 una noticia estremeció a la ciudad de Matanzas. El emblemático Teatro Sauto cerraba sus puertas para enfrentar una extensa reparación. Hacía tiempo que sufría las secuelas del deterioro. Aun así, su cese dejó un sabor amargo en los que habitan la Atenas de Cuba.

“Desconocíamos cuánto iban a durar las obras. Los más viejos, incluso, dudamos si podríamos verlo lucir nuevamente. Yo llevé a mi nieta mayor muchas veces y no quería quedarme con las ganas de mostrárselo a la más chica”, cuenta Ana, quien vive en la citadina calle Terry.

Javier, estudiante de preuniversitario, dice recordar la vez que recitó en el escenario del Sauto un poema de Carilda Oliver. “Era muy pequeño y lo hice tan bien, que la propia poetisa subió a darme un abrazo. Es de las mejores memorias que guardo del lugar”.

Maritza Cuba, trabajadora de Patrimonio de la ciudad, explicó que, aunque es considerado Monumento Nacional con Nivel Primero de protección, las instalaciones se encontraban en mal estado. “Eso sí, las autoridades insistieron en la preservación de los diseños originales. Se trató de un proceso de restauración que conservara  el concepto original”.

“Hubiese sido un crimen que se perdiera”

Finalmente, y luego de una década de espera, el famoso teatro reabrió el pasado 12 de octubre en el contexto del 326 aniversario de la urbe, y ahora prepara un plan de inauguración para el público. “Corrieron rumores. Se hablaba de que no terminaría, de que existían problemas en la brigada, pero nos hemos sorprendido con lo que ha vuelto a ser. Sobre todo, cuando vemos las fotos de los interiores”, señala el matancero Iginio López.

“Ahí hubo una presión fuerte desde la Dirección Provincial de Cultura y el gobierno. Ellos saben hasta dónde llegar. Imagínate, aquí estuvieron los grandes de verdad. Libertad Lamarque, Antonio Gades, Elena Burke, Alicia Alonso. Se suele decir que los espíritus de esas estrellas se pasean todavía entre las lunetas. No es lo que representa para la arquitectura solamente, es lo que simboliza en la mitología de este pueblo. Hubiese sido un crimen que se perdiera, como tantas otras cosas”, expresa Irma, vecina de la barriada de Pueblo Nuevo.

Esta institución no solo ha sido una joya desde el punto de vista constructivo. Fundada en 1863, representa la época de oro en la región, cuando el boom de la industria azucarera. Esa etapa fue esplendorosa por la abundancia económica, pero también porque se le daba importancia a la cultura y a las tradiciones, para lo que fueron destinados cuantiosos recursos.

Lázaro Valdés ha residido cerca por varios años y a menudo, se detiene y lo contempla. “La gente temía que el Sauto no volviera a abrir. Yo siempre dije, bueno, entonces Matanzas se quedará enferma, como si le faltara un órgano vital”.