Se fastidia el sueño de universitarios de provincia que querían quedarse en la capital

Por Vladia Rosa García

El sueño habanero de muchos estudiantes universitarios de provincia está afectado. Medios oficiales han publicado cambios en la política de ubicación laboral

Desde la secundaria ya pensaba estudiar en La Habana. Su meta era sencilla: cursar el preuniversitario de Ciencias Exactas de su provincia para estar entre los primeros escalafones y de ahí para la universidad. “No tenía ni idea de la carrera que estudiaría, pero ya llevo cinco años aquí”, dice Ana quien está en el último año de Psicología.

El sueño habanero de muchos estudiantes universitarios de provincia está afectado. El portal oficial Cubadebate explicó el pasado 10 de septiembre sobre los cambios en la ubicación laboral. A partir del curso en tránsito se tomarán nuevas medidas que aseguren el retorno del estudiantado del interior hacia sus lugares de origen, luego de terminar sus años académicos en la universidad.

“Antes te cambiabas de dirección en quinto año, no perdías la beca y además asegurabas plaza aquí. Mis amistades y yo estamos corriendo con los cambios para poder quedarnos”, comenta Diana quien asegura que, entre buscar la nueva dirección y el estrés de la tesis, no tiene tiempo para más nada.

Las oportunidades laborales en la capital son muy diferentes a las del resto del país. La Habana posee entidades de servicios para todos los puestos, mayor entrada del turismo, varios Ministerios, los principales medios de prensa del país y a esto se le suma el auge de las empresas particulares que cada día demandan más preparación y sobre todo juventud creativa.

El problema laboral cuenta de varias partes; por un lado está  la dificultad que supone un cambio de dirección para algunos municipios habaneros como Cerro, 10 de Octubre y Centro Habana, y por otro, los precios de los alquileres cada vez más caros y más difícil de conseguir.

“Yo me gradué el curso pasado y en mi provincia me ubicaron en la eléctrica, pedí el traslado hace un mes y todavía no me llega. Por ahora trabajo en una paladar que me pagan bien y junto con mi novia pagamos el alquiler”, explica un recién graduado de la CUJAE.

Alejandra está alquilada desde segundo año porque la residencia estudiantil le queda muy lejos de la Facultad. “Pero al final tengo que virar para mi casa porque no he conseguido quien me ayude. Estoy dando el dinero que sea por poner la dirección en algún lugar. Mi compañera de aula está en las mismas”.

Los cambios de dirección, que no sean familiares directos, es decir hijos o esposos legales, demoran varios meses. Al inicio de la solicitud la persona obtiene una transitoria por seis meses para verificaciones, y luego de este tiempo se decide si aprobar el cambio o no.

Muchos estudiantes aseguran que los centros de trabajos provinciales carecen de condiciones, recursos u oportunidades para los jóvenes. En la mayoría de los casos las personas con más años laborales evitan el desarrollo de los recién graduados y dificultan su ascenso.

Las cabeceras provinciales tienen mayores oportunidades de trabajo pero en los pueblos pequeños las condiciones son pésimas, apenas hay desarrollo tecnológico  y el alcance hacia el resto del país es casi imposible. Rosi pertenece a un pueblo de Villa Clara y dice que aquello no tiene nada que ver con su realidad diaria aquí en La Habana, “ahí todavía se trabaja con papel carbón en casi todos los centros del trabajo. A veces me pregunto si sabrán que existe la tecnología”.

Los años terminales de las universidades, cuarto y quinto del antiguo plan D, y tercero del plan E, serán los primeros estudiantes a los que se le aplicará esta medida, la cual adelanta el otorgamiento de plazas para evitar el éxodo masivo de estudiantes hacia la capital cubana.