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Ser chismoso no es malo, afirman psicólogos

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De plácemes está Alexander Otaola y también sus miles de seguidores en las redes sociales. Un estudio – y no salido precisamente de la Universidad de Singapur – ha revelado que “ser chismoso no es malo”, y ahora explicamos porqué.

La investigación, realizada por psicólogos de la Universidad de California en Riverside, y dirigida específicamente a saber cuánto tiempo al día pasamos “chismendo”, reveló que las personas pasan aproximadamente unos 52 minutos por día, como promedio, dándole “leva” a alguien, “sacándole las tiras del pellejo a alguien con alguien, o lo que es lo mismo: metidos en el chisme y en el brete.

“En realidad, descubrimos que la gran mayoría de los chismes eran neutrales. Alrededor de tres cuartos de la conversación que escuchamos en el estudio de prueba no fue ni positiva ni negativa”, dijo la autora del estudio, Megan Robbins, a quien la investigación le sirvió además para conocer cómo las interacciones sociales de las personas están relacionadas con su salud y bienestar.

Casi una hora, de pura banalidad y chismorreo sobre cosas sin importancia parece mucho tiempo y por gusto, pero no. Robbins y sus colegas de la investigación, publicaron sus hallazgos en la revista Social Psychological and Personality Science.

En este caso en específico, la investigadora y el equipo analizaron fragmentos de conversaciones de personas que estuvieron conversando en un lapso de tiempo que duró entre dos y cinco días. Estas personas llevaban encima un dispositivo de grabación portátil; y aunque sabían que todo iba a quedar grabado de vez en cuando – o de cuándo en vez como diría el guajiro – se dedicaron al tiqui tiqui.

Casi tres cuartos de los chismes fueron neutrales. El chisme negativo (604 casos) fue dos veces más frecuente que el positivo (376) Estos casos fueron los menos, es cierto; apenas un 15 por ciento del total de los casos analizados.  En la mayoría de los casos, el chisme fue abrumadoramente sobre un conocido y no sobre una celebridad, con una comparación de 3,292 muestras frente a 369.

El estudio reveló además que “las mujeres chismean más que los hombres, pero solo en términos neutrales, de intercambio de información, chismes”; y además, se descubrió también que “las personas más pobres y con menos educación no chismean más que las personas más ricas y mejor educadas.”

Creo que el chisme negativo puede ser una cosa inteligente. Permite a las personas realizar un seguimiento de lo que está sucediendo y formar alianzas sociales con otras personas”, dijo por su parte Elena Martinescu, investigadora postdoctoral en el King’s College de Londres, quien también ha realizado observaciones de esta índole.

Cuando chismeas, puedes hacer un seguimiento de quién contribuye al grupo y quién es egoísta. Y al compartir esta información, puede excluir a los miembros del grupo que son dañinos socialmente”, concluyó la investigadora Martinescu.

En fin, que “el chisme estimula”, gusta entre la gente… y si lo amparan los científicos, tendremos Suelta la Sopa, El Gordo y la Flaca y Hola Ota-Ola para rato.

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