Niegan tierras al mejor ganadero de San Luis, en Santiago de Cuba

Cuba sigue mostrando impericias a la hora de entregar tierras en usufructo.

Temen que campesinos como William Serrano, del municipio de San Luis, en Santiago de Cuba, se enriquezcan. Claro, siempre se puede importar, que es a lo que se han acostumbrado. Y recibir “donaciones”.

El mejor productor y ganadero de San Luis, en la provincia de Santiago de Cuba tiene una espina clavada en su pecho. El delegado de la Agricultura en el municipio le prometió la entrega de unas tierras y nunca cumplió con él. William Serrano, así se llama este campesino, le devolvió el gesto entregándoles 86 mil litros de leche y pidiéndoles más tierras para poder llegar, en el 2021, a. los 200 mil litros.

De lo sucedido nos enteramos vía Facebook a través de un post del internauta Camilo González Guerra y el daño es mayor de lo que usted piensa, pues no solo se faltó al compromiso con este excelente productor -una lectura en los comentarios del post nos revelan que el hombre es de los mejores en el municipio santiaguero- sino que se le engañó: se le dijo que en abril “iban a transformar” esas tierras que él había solicitado y que sembrarían dos hectáreas de yuca y dos de boniato, pero nunca lo hicieron.

Cuando el gobierno de la isla saque la cuenta, un día, de la cantidad de torpezas que sus cuadros (in)capaces cometen desde Pinar del Río a Guantánamo, probablemente el resultado que arroje el cálculo sea superior al daño que inflige el llamado embargo estadounidense.

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Solo el 37% de las tierras del país están siendo aprovechadas actualmente. Buena parte del resto, esa que no se cultiva, ha sido invadida por el marabú. El proceso de la entrega de tierras es más lento que el andar del dragón de Komodo, pero eso no importa a la hora de producir la leche necesaria -al menos eso parece en San Luis- pues a los ojos de estos cuadros políticos, la leche en polvo puede importarse desde Canadá, y lo que más le importa a sus ojos es que Serrano no se enriquezca y se nos convierta de productor ganadero en un “maceta”.

Su caso, por extraño que le pueda parecer, no es único en esa isla que llaman Cuba. En Matanzas, recientemente, se celebró una reunión en la cual se reconoció que sí, que el proceso de entrega de tierras más que avanzar, había que empujarlo y darle oxígeno. Cuando se analizaron las causas de la demora, cada cual expuso una culpa, un culpable, y la reunión, como usted puede imaginarse, terminó como el famoso cuento del gallo Quirico.

Mientras, por si fuera poco, el país gasta además recursos en dieta y gasolina de los autos que acompañan al viajero de la agricultura urbana, José Ramón Machado Ventura, quien todos los meses llega a algún que otro territorio para exigirle “más alimentos” y “más leche” a campesinos y ganaderos, cuando la verdadera solución pasa por algo tan simple como la famosa promesa contenida en el Manifiesto del Moncada: en darle las tierras al campesino.

Ariel P.

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