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Cuba

Algunas respuestas al por qué de las flores a Camilo en palangana

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Por María Carla Prieto

Flores para Camilo en una palangana en la escuela primaria Arturo Montori. Los maestros nos revelan los porqués

La foto se volvió trending topic en pocas horas. El pueblo cubano en general se quedaba pasmado ante la visión de una palangana puesta en la escuela primaria Arturo Montori, con el objetivo de depositar allí las flores para Camilo Cienfuegos, el Héroe de Yaguajay, tradición de cada 28 de octubre.

“Le explicación es sencilla. Los maestros estamos temerosos de llevar hasta el Malecón a los alumnos más pequeños, así que ideamos esa estrategia para que ellos también pudiesen rendir su homenaje”, nos cuenta Regla, una de las maestras del centro.

Alega que el colegio presenta un déficit grave de profesores fijos. La mayoría son contratas, es decir, solo vienen, dan las clases y se marchan. “Los niños más pequeños necesitan supervisión extra. Esta es una zona de alto tráfico y un gran número de accidentes. No podemos arriesgarnos. La matrícula que presentamos es numerosa. Además, no queremos hacer distinción entre los más grandes y los chicos. O van todos o no va ninguno”.

La educadora, con la que el equipo de Cubacomenta contactó no sabía que en las redes sociales circulaba la imagen. Se queda asombrada pero tiene su respuesta. “Creo que parte de la estrategia para desacreditar a Cuba. No saben la realidad y la manipulan. Siempre ha sido así”.

Para sorpresa de muchos, esta práctica no es solo recurrente del mentado sitio educacional, sito en la calle Línea, esquina J del Vedado habanero. En muchos otros de la zona se estila, desde hace años, el balde en lugar del mar.

“Cuando yo era pequeña era igual. Los días de Camilo, nos levantábamos temprano para llegar al agro y comprar una flor, simbólica, y poder participar. En la Tomás David Royo –actual instituto preuniversitario- se ponía un cubo de metal y una foto grande del mártir  detrás, sonriendo. Aunque los maestros nos decían que ellos luego irían a echarlas al mar, nunca supimos si era así”, nos cuenta Lilian, vecina de la zona.

Rosaura se remonta un poco más: “Yo crecí en un pueblito de campo, donde no había mar. Sin embargo, cuando llegaba esta fecha, los profesores nos acompañaban al río a cumplir el homenaje. Pequeños, caminábamos casi dos kilómetros para depositar la ofrenda, por eso no entiendo esa moda de ahora”.

Muchos cubanos se muestran alarmados ante este suceso, incomprensible  si tenemos en cuenta la distancia entre los alumnos y el mar: apenas cuatro cuadras.

“Eso es por vagancia de los adultos. Con la supervisión correcta, los muchachos bien pueden ir hasta allá. Medidas facilitadoras como esta diluyen en los jóvenes la pasión por las tradiciones patrióticas, y fomentan el desinterés de las nuevas generaciones por defender la Revolución”, explica Osvaldo, residente de la calle 11.

Por el contrario, Carmen, madre de una alumna, lo prefiere: “Para mí es mejor. Son muchas las cosas que se están viendo últimamente, y yo prefiero la incapacidad para hacerse cargo de los alumnos, a recibir disculpas porque pasó algo malo. Si no hay profesores ni para dar clases, ¿quién crees tú puede llevar a los niños?”

 


 

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