¿Qué pasará con los  almendrones a partir del 7 de diciembre?

Texto y foto: Ariel Peñate

El 7 de diciembre próximo entran en vigor una serie de medidas que buscan, según el gobierno de La Habana, el reordenamiento del transporte en la capital cubana, pero que no han sido muy bien acogidas por la mayoría de choferes de los llamados almendrones y otros taxistas del sector privado.

Una de las leyes que más ha provocado molestias es la que obligará a los almendrones a trabajar en una sola ruta, dejando a los chóferes sin la posibilidad de hacer viajes directos hacia cualquier otro lugar de la ciudad, porque corren el riesgo de ser multados con sumas que rondan los 1000 pesos en moneda nacional.

Un taxista de un Ford del 58 consultado por Cuballama revela que muchos choferes de almendrones han entregado la licencia “porque no les da negocio seguir trabajando con la aplicación de las nuevas medidas”.

“Se va a formar duro porque la mayoría de los taxistas no les da la cuenta para sacar dinero, entregarle la suma al dueño del carro con el que trabajan y pagar los altos impuestos al Estado. Por eso están entregando las licencias, porque no juega la lista con el billete”, explica este chófer que cubre la ruta Boyeros-Parque de la Fraternidad.

El Ministerio de Transporte dio a elegir a los taxistas privados tres modalidades para que, a partir del 7 de diciembre, puedan seguir operando. La mencionada taxi en ruta, la libre y auto de alto confort o clásico, esta última destinada al turismo.

El gobierno indicó que este paquete de medidas busca eliminar la “anarquía” que existe entre el sector de transportistas privados  y mejorar la calidad del servicio a la población, tanto en precios como en organización.

Chóferes y dueños de almendrones

Los taxistas que hablaron con Cuballama están en desacuerdo con estas regulaciones sobre todo porque limitan su capacidad de movimiento y sus ingresos monetarios. “Yo ya entregué la licencia con el dolor de mi alma porque este trabajo no me daba para tener lujos, pero sí para mantener a mi familia. Saqué cuentas a ver si podía seguir pero entre el dinero que me exige el dueño del carro y los impuestos que debo pagar al Estado, el equilibrio no gira a mi favor”, comenta Enrique, quien estuvo unos 5 años como chófer de almendrones.

La preocupación ha alcanzado asimismo a los dueños de los carros. Oscar, un joven científico que dejó sus funciones de investigador para vivir de la renta de su flota de automóviles califica de apresurada y poco inteligente la medida “porque el gobierno no tiene guaguas para aliviar la situación del transporte público”. Oscar es dueño de  cuatro almendrones y afirma que nunca le ha exigido a sus empleados que le entreguen grandes sumas de dinero.

“Yo vivo bastante bien con este negocio y mis trabajadores también. Algunos piensan que los dueños y los chóferes somos los malos de la película, pero no  es así. Nadie imagina cuánto dinero tengo que invertir para reparar esos carros antiguos.  Sobrepasa en mucho a lo que gano en un mes, eso sin contar los precios del combustible, que ahora habrá que comprar a las altas sumas que le ponen en las gasolineras”, expone.

El Ministerio de Transporte aseguró  que hasta el momento el combustible que utilizan los transportistas privados sale del robo al Estado, aunque luego que lo compraron legalmente en los servicentros de Cupet.

En recientes declaraciones al diario oficial Granma, un funcionario del citado ministerio indicó que en base a las declaraciones de los  transportistas, eran los impuestos que tenían que pagar. “Por qué ahora la preocupación?, si lo que van a cumplir es lo establecido y era lo que supuestamente hacían. Solo que ahora ese consumo queda registrado porque para la adquisición del combustible están obligados a tener cuentas bancarias asociadas a tarjetas magnéticas emitidas por Fincimex S.A. Eso también se llama control y disciplina tributaria, a lo cual no están habituados”, aseveró.

En este sentido el Estado pondrá tarifas diferenciadas a la gasolina de motor (10 CUP), la regular a 13 CUP y la especial a 16 CUP.

Huelga silenciosa de los almendrones

En los últimos meses se ha visto una grave disminución del tránsito de almendrones por las principales vías de la capital. En algunas horas de la mañana o de la tarde es casi imposible montarse en uno de esos carros antiguos, inclusive cuando se detienen una muchedumbre se les abalanza para tratar de montarse y no seguir esperando una hora más en las esquinas de las 23 rutas por las que circulan.

En el trayecto de La Víbora hacia El Vedado,  Cuballama conversó con otro taxista que manejaba un Chevrolet del 56. El chófer argumenta que el gobierno siempre ha visto a los almendrones como un mal necesario porque si no fuera por ellos el transporte público sería aún más caótico.

“Lo que tienen es que poner muchas flotas de guaguas y verán que todo se resuelve, aunque eso nos afecte. Yo estoy manejando ahora, pero mi familia está en la calle tratando de montarse en uno de esos ómnibus repletos. Voy a probar en taxi de ruta un tiempo, a ver cómo me va. Si veo que no funciona, entrego la licencia y busco otro trabajo”, comenta.

El chófer del  Chevrolet del 56 señala que en ocasiones los taxistas hacen carreras directas para ganarse un dinero extra. “El problema es que si ahora me salgo de mi tramo, me ponen una multa de 500 o 1000 pesos. Sacarán a la calle a cinco o seis inspectores junto a policías porque seguro muchos chóferes se van a molestar cuando les pongan las multas. Ojalá la situación mejore porque todos somos cubanos, pero si el Estado no saca una gran cantidad de guaguas no podrá con el problema que llegará a partir de diciembre, cuando muchos almendrones se retiren en masa”.

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En el 2017 el gobierno de la capital aplicó una ley que obligaba a los chóferes de los almendrones a cobrar 5 pesos en los pasajes por tramos. La medida duró apenas unas semanas, incluso algunos pasajeros tomaban la iniciativa y pagaban los 10 pesos a los que estaban acostumbrados.