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Presidente de la UPEC quiere su bistecito de res; legal y con humor

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Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la UPEC en Cuba, parece haberse divertido de lo lindo con los memes que se han hecho, por estos días, a raíz de la autorización a comer carne de res en Cuba.

En un texto que tal parece fue sacado de la India, el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Ricardo Ronquillo Bello, celebró por todo lo alto que el gobierno de Cuba lo autorizara a comer un bistecito de res, y dijo, una verdad: “Los cubanos no pierden tiempo en ponerle al mal tiempo buena cara.

No deja de tener razón también, Ronquillo, el Presidente de la UPEC, al decir que “el humor (…) es parte esencial del espectacular arsenal de «resiliencia»” entre los cubanos. Lástima que Ronquillo seleccione con pinzas el humor que le conviene. Incluso, ha dado “likes” en memes racistas; o ha permitido que en la prensa cubana aparezcan y estén durante horas y días “memes” y caricaturas que son racistas, homófobas y él no ha movido un dedo para quitarlas. Siquiera sugerir que las eliminen.

De hecho, Ronquillo, ha retuiteado o pasado de largo, sin criticar, ante memes y caricaturas ofensivas y denigrantes de la dignidad humana. Un post como este, del llamado Guerrero Cubano, que pretende ser “un chiste”, y termina siendo una cosa muy grotesca, el Presidente de la UPEC debió haberlo visto en Twitter. Estoy seguro.

Sin embargo, al parecer el “hilarante humorismo” del que hace gala nuestro Presidente de la UPEC, quedó relegado a un segundo plano cuando, desde la India lanzó su titular: “Las Vacas ya no son sagradas”.

Lejos de todo espíritu de matarife, pero sí de consumidor de la llamada “tilapia de potrero”, Ronquillo Bello parece exigir o reclamar su derecho a un pedacito de “la roja que tranca”; la por años perseguida “carne de res”.

El texto del Presidente de la UPEC, parecía encaminarse a buen puerto, jovial, en la cuerda, pero luego atracó en la ponderación de las medidas tomadas por el Gobierno de Cuba para darle – por fin, coño, – un bistecito de res a los cubanos.

A mí, con el perdón de Ronquillo, me parece estar asistiendo a una de esas puestas en escena “directivas”, de gente que, si de arriba no viene la orden, no indican ni promueven nada públicamente.

Es curioso, porque el tiempo que lo recuerdo dirigiéndome y asesorándome en el Juventud, Ronquillo siempre estaba propiendo cosas, cuestionando; pero ahora…,” me dijo ayer una “amiga de los años”, del actual Presidente de la UPEC.

Ella asegura, con la confianza que le tiene, que Ronquillo “no ha cambiado”, sino que “parece querer retirarse en paz” y “que no le dé un infarto”, y me menciona el nombre de Alfonsito Borges. Y otro: el de Antonio Moltó.

El diálogo fluyó entre el debate sobre el texto “del hombre” y los buenos deseos – de ambos, mío y de ella – de que el presidente de la UPEC se recupere del coronavirus; y que tal y como llegaron esas “60 medidas” para una economía más plural, llegue de su mano “medidas para un mejor periodismo”, o al menos más inclusivo.

“De otro no esperes nada; ese Legañoa es un bulto,” me asegura ella, que vivió una caterva de años en el Juventud Rebelde y conocer a “Jorgito”, como al pájaro.

Lo cierto es que, aunque no se lo dije, el texto del Presidente de la UPEC me recordó – Dios lo tenga en la gloria – aquel chiste de Álvarez Guedes, del cubano en París que se creía experto en el idioma francés y llamó al mesero y le dijo:

“Garçon, un vasé de viné, y un bifé, sivuplé”.

Y el “bifé”, de res. ¿Verdad Ronquillo?

Ariel P.

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