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Cuba

Ovaciones para el profesor Rodrigo Álvarez Cambras

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Rodrigo Álvarez Cambras fue largamente ovacionado en el día de ayer, durante la presentación de su libro Tal como lo viví. ¡Felicitaciones! para esta leyenda de la ortopedia en Cuba.

A pesar de todos los intereses mezquinos de Antonio “Tony” Castro, el profesor Rodrigo Álvarez Cambras, el legendario director del Hospital Ortopédico Frank País, fue homenajeado con vítores prolongados y aplausos, ayer, durante la presentación de su libro autobiográfico Tal como lo viví, un hecho que a decir de la periodista deportiva jubilada Julita Osendi, es un “colofón a una gran vida que hoy llega a sus 86 primaveras”.

Buena parte de esos aplausos, tal vez todos, tal vez los más fuertes -aplausos que nunca en su vida ha recibido y recibirá el marinero del Mediterráneo Tony Castro- tienen que ver con hechos que se remontan al pasado mes de octubre.

A mediados de ese mes, el mundo deportivo cubano y los cubanos todos asistieron consternados a una de las puestas en escena más deleznables posibles protagonizada por el hijo predilecto del difunto gobernante cubano.

Sucedió durante un Congreso Cubano de Ortopedia, primero que se realizaba sin estar Álvarez Cambras al frente, y al que ni siquiera tuvieron la delicadeza de invitarlo. Ese día, contaba Julita Osendi el pasado mes de octubre, la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología, una entidad que fue dirigida por el profesor Álvarez Cambras durante cuatro décadas, “obvió el esfuerzo y la dedicación de todo su equipo de trabajo al publicar la “Historia de la Ortopedia y Traumatología en Cuba”, pues en ninguna de sus 6 páginas se mencionó siquiera a Rodrigo.

Osendi calificó el hecho como “una infamia que debe ser denunciada”, y dijo que “desde su retiro hace 4 años, permanece olvidado por quienes le deberían tener respeto y admiración”, y al hablar de esta jubilación añadió:

“(…) no estuvo exenta de tristeza, pues aunque él a sus 82 años personalmente había solicitado la misma, no se materializó en los mejores términos.”

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Decía Julita hace dos meses que recibió un mensaje de un galeno, que le contaba que al leer la “Historia de la Ortopedia y Traumatología en Cuba” que viene publicada en la página web de la Sociedad en su portal Infomed, descubrió que “increíblemente no se hace mención del profesor Álvarez Cambras pues la “historia” allí contada da un salto desde el profesor Julio Martínez Páez hasta el profesor Alfredo Ceballos Mesa y ahí termina”.

El testimoniante terminaba planteando:

“Respetamos muchísimo a los profesores que han sido reconocidos en esa página, pero Álvarez Cambras mereció estar entre ellos. Respetamos a todos los centros, sobre todo al Hospital Fructuoso Rodríguez pero también el Frank País ganó el derecho a aparecer. Este escrito está expuesto así impune y desafiante desde 2018 y a pesar de los reclamos no se ha corregido. Es una actitud humillante y deshonesta hacia nuestros trabajadores. Es una falta de respeto a la propia historia de la medicina cubana que no se debería permitir”.

Julita cerraba entonces su nota:

“Ojalá y la rectificación venga pronto y el próximo 22 de diciembre el eminente profesor pueda cumplir felizmente sus 86 años. Hechos como éstos me imponen necesariamente una pregunta: ¿qué legado, qué ejemplo, que conducta a seguir le estamos dando a los jóvenes médicos cubanos?”

Y sí, al parecer esa “rectificación” ha llegado.

Antes de explicar lo sucedido ayer, cuando el profesor Rodrigo Álvarez Cambras, el legendario director del Hospital Ortopédico Frank País fue ovacionado hasta el cansancio por los presentes en el teatro Lázaro Peña, conviene explicar el porqué Tony Castro es la mano negra que estuvo y está detrás del ignominioso olvido en la “Historia de la Ortopedia y Traumatología en Cuba”.



La rencilla entre Tony y el eminente ortopédico cubano, de quien en su momento los cubanos aseguraban con total firmeza que era el mejor del mundo, mientras los cienfuegueros se deslindaban de tal afirmación y decían que era Rodolfito Marcoleta el mejor de toda Cuba, nace de la época en que Tony era Jefe de Sala en el Ortopédico “Frank País” y, como hijito de papá al fin, desafiaba reiteradamente la autoridad de Álvarez Cambras.

“No hacía guardias; iba a trabajar si le daba la gana y si le daba la gana no iba. Si se iba de juerga el día antes y se emborrachaba, uno de los escoltas tenía que llamar al Ortopédico para anunciar su ausencia. Varias veces, delante de varias personas, Tony Castro y Álvarez Cambras se fajaron. Varias veces delante de mucha otra gente, le prometió que el día que se retirara, lo iba a hacer tierra”.

Las palabras, dichas por una fuente de absoluto crédito, y cuyo nombre no estoy autorizado a revelar, explica el porqué del problema entre Tony Castro y el destacado profesor.

La fuente asegura que eso lo conoce todo el mundo en el Frank País, donde Tony Castro es odiado y rechazado hasta la saciedad por su actitud prepotente y ególatra.

Todo el daño que Tony Castro quiso hacerle al profesor Álvarez Cambras -la fuente asegura que este en al menos dos ocasiones le dio las quejas a Fidel sobre la actitud de su hijo- , se desmoronó ayer martes cuando “ante decenas de colegas, trabajadores del centro, deportistas de alto rendimiento, personalidades de la cultura y embajadores de varias naciones, el reconocido como padre de la Ortopedia y Traumatología del Deporte en la isla” fue ovacionado, durante la presentación de un resumen de su libro, el cual, por ahora, solo se encuentra disponible digitalmente.

Allí estaban, dice Julita Osendi otra vez, quien es amiga personal del eminente médico, el maestro Frank Fernández, los atletas Alberto Juantorena y María Caridad Colón, la judoca Driulis González, todos campeones olímpicos, el presidente del Comité Olímpico Cubano Roberto León Richard y Ruperto Herrera, medallista de bronce en el básquet olímpico de Münich, entre otros.

“El libro fue presentado por el destacado historiador profesor Félix Julio Alfonso, quien asumió en este acto el lugar del historiador de La Habana, recientemente fallecido, Eusebio Leal, autor del prólogo de la publicación. En emotivas palabras, Alfonso se refirió a la grandeza del profesor de varias generaciones de excelentes ortopédicos mientras Álvarez Cambras comentó cómo Eusebio Leal se brindó a escribir el prólogo de su libro en un acto de inconmensurable modestia”.

Terminó Julita Osendi su reportaje sobre lo sucedido este martes diciendo:

“Visiblemente conmovido, el profesor Rodrigo Álvarez Cambras, un orgullo viviente de la ortopedia y traumatología cubana, afirmó ser éste el mejor día de los últimos años, cuando tras su jubilación ha permanecido en su hogar alejado de lo que más ama: su hospital Frank País”.

Ariel P.



 

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