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Cuba

Los norteamericanos eligieron; los cubanos ¿”pa´ cuándo”?

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Los norteamericanos eligieron su próximo gobernante. Los cubanos aún están pendientes de hacerlo. Aprendamos y respetemos esa “sutil” diferencia.

En una interesantísima reflexión hecha por el humorista cubano Jorge Fernández Era, este concluye con una frase lapidaria: “Aplaudamos que los norteamericanos limpien un tanto su casa y concentrémonos en detectar la paja nuestra”.

La reflexión de Jorge Fernández Era, publicada hace 18 minutos en Facebook, comienza por sumarse “a la aprobación que ha despertado el tuit del presidente Díaz-Canel”, aunque luego expresa que “esperaba más” del gobernante cubano.

“Reconocemos que, en sus elecciones presidenciales, el pueblo de EEUU ha optado por un nuevo rumbo. Creemos en la posibilidad de una relación bilateral constructiva y respetuosa de las diferencias”, dijo Díaz-Canel en un tuit que contrasta enormemente con otros recibidos por el demócrata Joe Biden, desde el domingo.

“(…) si se reconoce que el pueblo norteamericano eligió una opción mejor y que puede haber entre los dos países una relación diferente a la que impuso Trump en los últimos cuatro años, entonces puede irse un poco más allá y felicitar abiertamente al elegido, como dictan las más elementales normas entre dos países que poseen relaciones diplomáticas”, expresa Fernández Era.

El problema, según él y según muchos, estaría dado por el significante de un mensaje demasiado “amistoso”, pues no es “tradicional” que un gobernante cubano felicite a los gobernantes norteamericanos (al menos no en activo) de manera tan efusiva.

Raúl Castro intentó un esfuerzo, de felicitación, después del 2014, para el que ninguno de esos secuaces “tanques pensantes” estaba preparado. El resultado quedó en un maquillaje, donde EE.UU. lo dio todo a cambio de nada.

De hecho, el matrimonio con los norteamericanos se derrumbó en la misma noche de bodas, cuando el periodista Jim Acosta le habló a Raúl Castro de una lista de presos políticos. Castro se hizo el sordo y luego como todo un gobernante cubano todopoderoso, así, de la nada, del sombrero, sacó su conejo : “Denme acá esa lista y esta noche los liberamos a todos”.

Volviendo a Díaz-Canel, dice Fernández Era y tiene toda la razón, no parece especialmente interesado en ir más allá en su felicitación porque, los compañeros del Partido podrían entender el tuit como una pasadita con la lengua a la suela de la bota imperial.

Una verdad monda lironda es que durante 60 años este fue el modus operandi del gobierno revolucionario y de la élite en el poder: inscribir y apelar al odio, a la burla, al choteo y a la agresividad a la hora de “hablarle” al gobierno de enfrente.

Es por ello que, como bien indica Fernández Era, “antes”, les gritábamos improperios a los gobernantes -¿recuerdan aquello de “aé aé la Chambelona, Carter no tiene madre porque lo parió una mona?”– y en eso creció toda una generación de cubanos: en el enfrentamiento. En mirar a los norteamericanos como nuestros enemigos. En no saber diferenciar la gente de los gobiernos. Es por ello que a menudo, todavía allá, confunden Cuba con gobierno y a la Patria, con Fidel Castro.

LA PAJA EN EL OJO AJENO
Me sumo a la aprobación que ha despertado el tuit del presidente Díaz-Canel (“Reconocemos que,…

Publicado por Jorge Fernández Era en Lunes, 9 de noviembre de 2020

Es decir: en el odio.

Díaz-Canel no parece poder olvidar ese odio. El Partido Comunista de Cuba al menos no lo olvida. No lo olvida la claque poderosa de los militares, y por eso “sueltan” a cada rato a los Yusuam Palacios, Iroel Sánchez, Omar García Lazo y otros, a recordar Playa Girón, Boca de Samá, Barbados, fiebre porcina, dengue, La Coubre, como señal identitaria de un problema que parece lastrar el interés por superar las diferencias.

Y no es que no duela… es que son como grilletes, anclas, para estos dinosaurios, todas las meteduras de pata de los tanques pensantes norteamericanos de administraciones pasadas y lejanas.

Si Alemania no hubiese decidido partir de cero para restañar sus heridas, hoy posiblemente ni existiese la Unión Europea. Si los norteamericanos no hubiesen superado el enfrentamiento Norte-Sur que los llevó a una Guerra Civil, hoy no serían una nación tan poderosa.

La verdad -disculpen- es que estos “gobiernos cubanos” -que en realidad es el mismo, pero maquillado con Chanel o Suchel indistintamente- viven en el diferendo; a menudo equiparando a la ciudad de Miami y a la Florida, con sus congresistas, como si todos fueran EE.UU.

Es por ello que Díaz-Canel no felicita como tal y que tantos otros como el muñeco Palacios, se dan el lujo de pedir “condiciones”, cuando ni siquiera están dispuestos a pedir disculpas por sus miles de chapuzas cometidas en nombre “del proceso revolucionario” que incluyen, entre otras, faltas de respeto a la dignidad humana y a los derechos humanos, la expulsión de un centro de trabajo a un obrero por algo tan simple como mascar un chicle.

“Hay que tener pudor para llamarle antidemocrático al proceso electoral del norte desde este país de “poder popular” donde solo son elegidos aquellos que no ostentan poder alguno, pues los de más arriba son ratificados después de que los verdaderos “elegidos”, aquellos que piensan por nosotros y deciden qué es lo bueno para el futuro de Cuba, imprimen en una boleta los nombres de quienes un porciento ridículo de la población aprobará unánimemente,” expresa Era, párrafos después y concluye:

“Una relación constructiva con el gobierno de Estados Unidos deberá partir siempre desde la fuerza moral de construir una sociedad superior, y de demostrarlo siempre. Las consignas se harán cada vez más vacías si seguimos reproduciendo en nuestro “socialismo” similares patrones de diferenciación social de los que existen allá, o acallando cualquier voz que difiera de conductas complacientes.”

Lo más importante -pienso yo- es que los norteamericanos eligieron su próximo gobernante. Los cubanos, aún están pendientes de hacerlo.

De ello se desprender una máxima: no critique tanto la casa del vecino del norte, porque la suya es un verdadero desastre.

Sandro Nieto

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