El juez que analizó el caso falló a favor de la compañía Seguros de Vida Panamericana S.A., quien se negaba a pagarle el dinero a la joven viuda. ¿Por qué? Ya te lo contamos.
Una chica colombiana de 28 años de edad recibió un “mazazo” por parte del Tribunal Supremo de Colombia cuando este se negó a otorgarle el derecho de cobrar los beneficios económicos de su esposo fallecido. La causa que alega el TSC es que el matrimonio fue “ficticio”, aunque ella, joven viuda, jure y perjure que fue por amor.
Y es que el difunto era nada más y nada menos que un anciano de 95 años de edad, y al Tribunal Supremo le pareció muy raro ese noviazgo y amorío con tanta diferencia de edad.
“La jugada” a la joven viuda se le complicó mucho más aún, pues la Corte Suprema no solo falló en su contra bajo sospecha de “matrimonio simulado”, sino que además anuló la unión entre la chica y el anciano por “ilegítima”.
Todo indica – aunque ella lo niegue de canto – que la muchacha tenía como tema única cobrar el dinero del seguro de vida de su esposo, quien, por lógica de la vida, no debería quedarle mucho tiempo en la Tierra.
El juez que analizó el caso falló a favor de la compañía Seguros de Vida Panamericana S.A., quien se negaba a pagarle el dinero a la muchacha, pues era evidente – al menos para ellos – que era un matrimonio arreglado. Tras negarse a pagar, la chica demandó a la aseguradora, y el caso fue escalando hasta que llegó al Supremo.
Tras estudiar el caso, el alto tribunal consideró que el matrimonio no cumplía con los requisitos que exige la ley colombiana para que sea válido, y mandó a la joven viuda de vuelto a su casa sin un centavo en el bolsillo.
“Un matrimonio puede ser fingido en la medida en que los contrayentes declaran públicamente querer contraer nupcias, con todos los derechos y obligaciones connaturales. Sin embargo, su intención real es otra totalmente diferente, estando así ante una discrepancia entre la voluntad y su revelación”, señaló la corte en su fallo.
Sin dinero, sin marido y sin matrimonio, la joven viuda probablemente lo intente ahora con alguien más joven, porque ese amor, con esa diferencia de casi 70 años, no convenció a nadie.
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