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Naciones Unidas advierte sobre el aumento del feminicidio en América Latina
De acuerdo con intervenciones y documentos leídos en la jornada de inicio de la Tercera Reunión de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe, que en estos momentos está teniendo lugar en Lima, capital del Perú, se subrayó el auge de los crímenes de género en la región.
Organizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal), el encuentro tiene como objetivo evaluar la evolución de las diez metas de desarrollo sostenible fijadas en 2013 en el Consenso de Montevideo.
Sin embargo, todavía – dijeron – falta mucho para alcanzar la necesaria igualdad de género, que incluye la eliminación de la violencia generada y sustentada en el patriarcado y el machismo, que impulsa la creencia en los hombres de una supuesta superioridad sobre el otro género.
De acuerdo con los informes, los índices en la región por este tipo de violencia, los crímenes resultantes de este fenómeno aumentaron en los últimos 24 meses en la región. Las más de 73 mil denuncias que se han recibido por parte de mujeres durante el primer semestre del 2018, que se unen a las 1831 notificaciones de muerte de mujeres a manos de hombres (en el 2016), hablan por las claras del fenómeno. En estas cifras, por supuesto, no están incluidas miles de abusos más que son callados por las propias víctimas, que evidentemente son alarmantemente mayores pero no están registrados. Los datos en el conclave recogen las cifras de 16 países de la región (13 de América Latina y tres del Caribe) donde, curiosamente, destaca la ausencia de datos proporcionados por Brasil, un país donde, hechos de violencia de género marcan el acontecer noticioso de cada ciudad o región.
De acuerdo con los números aportados, Honduras es el país que registra más hechos de violencia de género. En el país centroamericano, en el 2016, 466 mujeres murieron a manos de hombres en el 2016. Una cifra – global – superior a la de El Salvador, aunque este último lo supera en índice, con un alarmante 11,2 muertes por cada cien mil habitantes.
Las naciones de la región con los índices más bajos son Suriname, Chile, Costa Rica y Perú.