Migrantes cubanos evitan que adolescente muera ahogada en el Río Bravo

Fue allí, en el Río Bravo, donde el salvadoreño Óscar Alberto Martínez, de 25 años, y su hija Valeria, de uno, murieron ahogados intentando cruzar la frontera el pasado mes de junio.

Un grupo de migrantes cubanos se lanzaron en grupo, y agarrados de sus manos a las aguas del Río Bravo, y lograron evitar la muerte de un grupo de adolescentes quienes, de no ser por ellos, se hubiesen ahogado.

El testimonio de una de ellas, una adolescente hondureña identificada como “Breni”, de 17 años, es impactante.

La joven se encontraba desde hacía ya un buen tiempo esperando por que las autoridades estadounidenses la contactaran. Ella había solicitado asilo, pero fue enviada de vuelta a México para aguardar allí por la confirmación de su caso.

Fue tanto el tiempo de espera que la joven se desesperó, y junto a un grupo de otras tres adolescentes, decidieron arriesgarse al cruce, sin saber que la corriente del río les iba a provocar el susto de sus vidas.

Las otras tres chicas resultaron sacadas de inmediato del agua. Breni, no corrió con igual suerte.

“No pudieron alcanzarme y el agua me absorbió”, declaró Breni a los medios.

“Todo lo que pude ver fue agua antes de hundirme y luego todo se volvió negro”, relató la joven.

Casi ya al punto de morir ahogada, los cubanos pudieron finalmente llegar a ella y sacarla in extremis del peligroso río. De inmediato la voltearon y comenzaron a reanimarla con la técnica de primeros auxilios, hasta que lograron que expulsara el agua de sus pulmones.

“Pensé que estaba muerta, su cuerpo estaba flácido y la luz había desaparecido de sus ojos (…) “Dios me la trajo de vuelta”, dijo su padre.

Y sí, Dios obró para que un grupo de cubanos, indocumentados como Breni y su padre, estuvieran en el lugar justo en el momento adecuado y pudiesen salvar la adolescente de una muerte segura.

Fue allí, en el Río Bravo, donde el salvadoreño Óscar Alberto Martínez, de 25 años, y su hija Valeria, de uno, murieron ahogados intentando cruzar la frontera.

Las mismas aguas que otros cubanos y centroamericanos en ocasiones han cruzado. Las mismas aguas donde otros miles han muerto, y otros han sido rescatados de la muerte por buenos samaritanos que no han dudado un segundo en socorrer a desconocidos a riesgo de su propia muerte.