La miel de Cuba no es para todos los cubanos

Texto y foto: Lucía Jerez

El 88% de la miel cubana se exporta. Cuando la encuentran, los de la isla deben pagar precios astronómicos

La miel de Cuba está entre los productos de la isla más codiciados en el exterior. Son muchos los visitantes que procuran llevar con ellos el famoso remedio natural. Según Opciones, el semanario económico y financiero nacional, con la miel el país recauda anualmente unos 20 millones de dólares.

Sus conocidas propiedades y aplicaciones son diversas. Hasta la medicina, la cosmetología y el arte culinario llegan los beneficios. Asimismo, el imaginario popular le ha agregado otras connotaciones, sobre todo dentro de lo religioso, pues constituye un elemento importante en las ofrendas a las deidades del sincretismo.

Un informe publicado por el portal CubaSí refiere que hasta el primer trimestre del año se facturaron 2 mil 470.4 toneladas, lo que indicaba un buen paso, pues el plan para el 2019 es de 9 mil 348.

El artículo apunta que el 88% de la miel en Cuba se exporta y el resto está dedicado al turismo y a las elaboraciones farmacológicas, lo cual pudiera servir de respuesta a su ausencia en los distintos puntos de venta.

A cargo de la comercialización de este fruto de la colmena está la Empresa Apícola Cubana. Bajo el sello de Apisun son presentados desde la Propomiel, hasta los complementos Propoforte, Panmiel, Apiasmin y, por supuesto, la natural, envasadas en frascos de plástico y vidrio que, de manera irregular, llegan a las tiendas.

La escasez  para el consumo de la población ha despertado quejas e interrogantes teniendo en cuenta las cifras de producción que ostenta el archipiélago.

“Está perdida. No sé el tiempo que hace que no veo en ningún lugar. Siempre me gustaba tener en casa, no para el empleo diario, porque es bastante cara, pero sí para las gripes o infecciones en la garganta”, señala María Jiménez.

“Una cucharadita diaria, en ayunas, me tomaba. No cogía gripe ni me enfermaba. Mi mujer la usaba en el café, se la untaba en la cara como mascarilla. Un producto natural bendito excepto por lo que cuesta y lo difícil de encontrarlo”, asegura Guillermo.

Aparte de su presencia intermitente, lo que algunos no entienden son los precios en el mercado interno. Si bien es necesario sacar provecho de las fortalezas internas e incrementar las exportaciones, no es justo ni coherente dejar desabastecidos a los ciudadanos, y, menos aún venderla a valores alarmantes si se comparan con el tamaño de los recipientes y con las posibilidades económicas del ciudadano medio.

“Yo en divisa no la puedo comprar. Son pomos muy pequeñitos. Mi hijo me regaló uno de 160 g que sobrepasó los 2 CUC, estamos hablando de casi 75 pesos cubanos, por algo que a veces es determinante para la salud”, dijo Sonia.

Una de las dependientas del complejo de tiendas en 23 y 12 explicó que la falta de miel es por la decisión de colocarlo en sitios estratégicos para el turismo, por lo que es muy común hallarla en hoteles y aeropuertos.

“Es inconcebible que una cosa de aquí no exista en los comercios para el pueblo. Y cuando aparece es como si no estuviera, dado el alto costo”, comentó Mariolis.

En las regiones de provincia la solución de los habitantes es adquirir los pomos plásticos de un litro o botellas de cristal de mano de los apicultores por 60 pesos cubanos. Aunque el importe continúa siendo significativo es más asequible en relación con la cantidad. No obstante, esto no es totalmente lícito, pues los productores están obligados a entregar su recogida al Estado, para lo cual se firman una serie de contratos.