Mariela Castro e Iroel Sánchez se ríen del diálogo

Ya no les basta a Mariela Castro e Iroel Sánchez cambiar el diálogo por el enfrentamiento entre los cubanos; ahora también se ríen abiertamente del diálogo.

Mariela Castro e Iroel Sánchez volvieron a burlarse del pueblo cubano, esta vez riéndole “un chiste” a otro que se las trae: Antonio Rodríguez Salvador.

Al coro se sumó Michel E. Torres Corona, sobrino del cantautor Kiki Corona, quien desde hace aproximadamente un año forma parte de los jóvenes “más activos” en las redes sociales; siempre a favor del gobierno.

Rodríguez Salvador, cuya estirpe literaria aparentemente no ha podido sobrepasar la barrera localista, ha sabido sacarle provecho a sus dotes como revolucionario. Aparece a menudo en la prensa oficialista cubana, digital e impresa, no hablando precisamente de literatura -que se supone sea su fuerte- sino “analizando” la situación política en el país. Sus textos, lejos de motivar al debate y a la reflexión, son más bien todo lo contrario: están dirigidos a ahondar en las diferencias entre cubanos, lejos de resaltar lo que los une.

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Este carácter es el mismo que muestra en su red social de Facebook, un patiñero en el que han ido a pescar Iroel Sánchez y Mariela Castro una carcajada. Los tres se burlan del diálogo que pretendieron impulsar los artistas cubanos y parte del pueblo que en días pasados se plantaron frente al Ministerio de Cultura.

El llamado diálogo, que en realidad era una exhortación al cese del hostigamiento, descrédito y difamaciones en contra de los artistas independientes, entre los cuales están los artistas de San Isidro, era también un reclamo por el cese de los operativos por parte de la Seguridad del Estado en contra de todas estas personas y de otras, como Tania Bruguera, quienes a menudo -más ahora, después del 27 de noviembre- son diana de difamaciones de instituciones oficiales, medios oficialistas y voceros del gobierno, entre los que podemos ubicar sin dudas a Mariela Castro, Iroel Sánchez, Rodríguez Salvador y Torres Corona.

El diálogo, según estos fieles defensores del gobierno y otros, se interpretó como un intento de derrocar la Revolución; una Revolución que cada día parece sustentarse más en el atropello y la censura.

La “última” -por ahora- de las víctimas, parece ser el crítico de arte Joel del Río, quien acaba de ver como 30 años ininterrumpidos de colaboraciones en el diario oficialista Juventud Rebelde, han sido tirados por la borda, como castigo a su posición con relación al diálogo propuesto por los artistas cubanos el 27N.

Probablemente “la columna” le sea dada a Salvador, o a Iroel Sánchez o Rodríguez Corona o -¡no lo duden!- a Mariela Castro. Porque a la hora de defender “la Revolución” vale todo; incluso una carcajada a algo que parecía serio, pero que para estos fieles defensores de la ideología socialista, como Mariela Castro e Iroel Sánchez, se transformó en una intentona golpista.

Ariel P

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