Victor Victor Mesa y su hermano menor, Victor Jr., ambos hijos del mítico center field de los equipos Cuba, Víctor Mesa, ya son jugadores de los Miami Marlins.
Así lo hizo saber esta mañana la agencia AP, en la cual daba cuenta de que ya se había hecho oficial lo que ya era un secreto a voces: los dos muchachos ya forman parte de la franquicia de los peces.
Los Miami Marlins anunciaron la buena nueva durante una conferencia de prensa este lunes, poniendo así fin a todo un culebrón periodístico en relación a cuál sería el destino final de ambos peloteros, luego de que los Orioles de Baltimore aparecieran en las boletas como interesados en el talento de ambos jóvenes e intentaran aderezar la fiesta con alguna oferta millonaria sobre el equipo de los Marlins que, al igual que los Orioles, anda a la caza de prospectos para reorganizar su roster.
Sin embargo, lo interesante de esta firma es saber si detrás de ella existe un interés 100% beisbolero, ya que varios scouts de Grandes Ligas han ponderado las habilidades de uno de ellos, pero han puesto en el tapete las debilidades del otro. Es decir: de los dos hermanos, uno es el que verdaderamente tiene madera para entrarle con ganas al circuito; el otro pudiera ser “un jugador más”. Entonces, ¿por qué los Marlins firmaron a ambos?
Algunos especialistas apuntan a un interés “mercantil” en tener en el roster de los peces a ambos hijos de VM32. Si su padre da qué hablar y llenaba estadios, el hecho de que ambos sean cubanos, pudiera devolverle el orgullo y el interés taquillero a una franquicia adolorida mercantilmente luego del deceso de otro astro cubano – mejor digamos, el único astro cubano que tenía – el pitcher José Fernández, trágicamente fallecido en septiembre del 2016.
Hace dos semanas los hermanos probaron para los exploradores de grandes ligas en Marlins Park, y días después hasta uno de ellos puso en Instagram una foto juntos a la bandera cubana en la cual podía verse detrás el uniforme de los Marlins.
Queda en la expectativa ver qué pueden darle a los Peces ambos chicos. Si todo lo da uno y el otro queda en el camino, o si por el contrario ambos continúan la senda trazada por los hermanos Gurriell, Yuliesky y Yunito; o al menos se le acercan.
Eso sí, los Marlins necesitan “algo” que los saque del atolladero y del sótano en que se encuentran, y la llegada de los hijos del “loco de la pelota cubana”, pudiera darle un soplido a las corrugadas velas de la nave miamense.
