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Artes Visuales

“Libre”: exposición fotográfica de May Reguera en La Habana

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Texto y fotos: Vladia Rosa García

Muestra fotográfica de May Reguera en La Habana cuestiona los límites de la libertad

Cuando nos referimos a la libertad, puede que nos vengan a la mente miles de ideas relacionadas pero en realidad ser libre parte de cualquier acto semejante a romper cadenas y emanciparse. En un pequeño rincón de La Habana Vieja desde inicios del mes de octubre hay quienes se despojaron de sus atuendos para soltar ataduras.

La mujer es la principal protagonista en los más de 100 retratos realizados por la fotógrafa, actriz y modelo May Reguera, donde se combinan los rostros de la feminidad, la niñez y el carácter varonil. Un laberinto de torsos desnudos que muestran la belleza más allá de los estereotipos o el “qué dirán” dentro del que se sustenta la sociedad cubana actual.

¿Permitido o censurado? Debería ser el binomio de mayor popularidad en estos tiempos. Una dualidad en la que es imposible brindar una respuesta convincente para todas las mentes. “Es justo lo que andábamos buscando, que todos nos vean tal como somos”, declaraba una joven con más de ocho tatuajes visibles entre manos y piernas y que fue parte de la expo. Según ella, estás pinturas son su manera de sentirse independiente e incluida. “Aún me miran raro y hay señoras que detestan a las jovencitas como yo porque dicen que no somos femeninas pero cada cual expresa como se siente de manera distinta, y no por eso está mal”.

Eso hizo Reguera: llenó la capital de libertinas, autónomas y senos. Mostró lo inofensivo que pueden ser los pechos. Esos que en un momento de su vida le valieron para crear política y altercados por Instagram, ahora sirven para demostrar cuánta historia recoge una persona. Rompe con las creencias y el dedo enjuiciador.

“Libre”, exhibida en la Galería Taller Gorría habla de modelos, actrices, estudiante, amantes, madres o hijos. Exhibe cicatrices y perfecciones. Hace tres años ese local apenas realizaba algunas charlas y pequeñas puestas, ahora recoge el quehacer de una consagrada artista de la isla.

En las redes sociales May Reguera exponía que su propósito solo era compartir experiencias humanas, artísticas e intelectuales. Al decir de Amén Perrugorría, uno de los encargados del local, las visitas no disminuyen, parece que al público le gusta de verdad. Los colores no hicieron falta; en la puesta prima el negro en los fondos y los bordes, y se enfoca la atención en la figura. El resto depende de la intención del protagonista del cuadro.

María J., por ejemplo, es una estudiante universitaria de provincia de 20 años. Se cortó su pelo largo un día hasta dejarlo casi rapado. Comenzó a cambiar su estilo. Prefirió lo ancho, la trova. Por eso decidió asistir al experimento aunque nunca había participado en nada igual.

“Me llamó la atención la  idea de hacer algo frente a una cámara en la que realmente podía ser yo, ser libre, sin prejuicios ni peros de ningún tipo, sin miedo a descubrirme frente a las personas y frente al mundo; fueron motivos suficientes para dar el paso al frente, y formar parte de algo tan bonito y tan sincero”.

La curadora Liliana Cabrera explicó que “el acto de desvestirse es defendido por la autora como un símbolo de aceptación a un cuerpo sin filtros”. Reguera abrió las puertas para aclarar que los frenos solo existen cuando los buscamos.

 


 

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