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Coronavirus Cuba

Las colas son buenas, dice la prensa oficialista

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La prensa oficialista parece empeñada en crear una realidad paralela. Ahora nos tratan de convencer de las bondades de las colas

Son tantas las “perlas” que esconde la prensa oficialista en Cuba, que a veces lo lees y luego se te pasa. Hasta que gente cercana -familiares o amigos- te cuenta de uno de sus días de colas.

Alguien sale con el temor de que la policía se aparezca en una cola que se está haciendo desde las 4 de la madrugada. Pero da igual: tiene un niño de dos años que necesita comer, lo que sea. Su peregrinar comienza en el Eklo, tienda  en Playa que no ha perdido este nombre pese a que el actual es Comercial Almendares y se encuentra ubicada en 41 y 42. No sabe lo que sacarán, pero se queda hasta que abren.

En el Eklo no alcanza nada. Pero nada lo va a hacer desistir. Pensar en su pequeño le da fuerzas. Y así sigue de cola en cola, hasta pasadas las 4 de la tarde. Vuelve a casa con un sobre de galletas y dos paquetes de perros calientes.

La experiencia de este habanero, fue la que me hizo volver sobre un artículo aparecido en Escambray, “Colas sintomáticas”, y firmado por la colega Elsa Ramos. En esta  nueva perla de la prensa oficialista, se lee: “en los tiempos que corren es bueno que existan colas. Y explico rápido antes de ganarme una gritería de esas que, lastimosamente, las afean. Cuando usted ve un mercado, una tienda o un simple punto “poblado” de personas, la señal es evidente: algo hay. Y eso es bueno en tiempos en que el país ha debido hacer malabares para traer hasta esta isla parte de lo que nos hace falta. Por eso cuando la quietud reina en los comercios es señal de que los estantes están vacíos o, al menos, no tienen lo que se busca. Y eso es menos saludable que las colas”.

Lo que no parece nada saludable para una nación en crisis -ya antes del coronavirus- es desde los medios hacer esta loa de las colas, ¿o sí?

En el texto de Elsa Ramos, Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019), Máster en Ciencias de la Comunicación y especializada en temas deportivos, no falta el consabido culpable; la excusa para todo: el omnipresente bloqueo. Ramos apunta que Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, ya lo dijo: “nosotros no hemos dejado de estar en medio de esta situación asediados y bloqueados, y que, por lo tanto, nuestros problemas financieros también se han recrudecido”.

Las colas en Cuba también son el escenario ideal para que la Premio Nacional de Periodismo encuentre otro chivo expiatorio: los coleros. A ellos se refiere de esta forma: “lo que más contamina las colas es la proliferación de los coleros, esos que tienen un entrenamiento pre-COVID y lo mismo pernoctan en ellas evadiendo el control policial que acaparan y luego revenden hasta cinco y seis veces por encima de su precio real. Los hay…y las hay que repiten y repiten —hasta con la complicidad del nasobuco— en una misma cola o en varias de diferentes comercios en una táctica donde, con pandemia y sin ella, quienes trabajan o son vulnerables, llevan las de perder”.

Bloqueo y coleros son para Elsa Ramos los que hay que señalar. No la ineficiencia, no los experimentos que han llevado a la economía de la isla a las actuales circunstancias, no los casos de corrupción dentro del propio gobierno. De todo eso hablará únicamente la prensa independiente, youtubers e influencers. Los otros responsables -según las autoridades de la isla- de la “mala imagen” que quieren proyectar de Cuba. Por eso les acusan de mercenarios y malos cubanos.

Neus Francino 

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