“La televisión cubana no hay quien se la empuje”

Acabar el día de trabajo o de estudio y sentarse ante la televisión, no recompensa a los cubanos. Cambias de canal y te aburres con las repeticiones y las producciones de la televisión cubana que no logran seducir a nadie

Ocho años tenía Eliza y a las seis estaba sentada esperando las aventuras. Los pequeños fugitivos se llamaba aquella saga. Lo que más recuerda de ella es el famoso “babujal”, un hombre de capucha negra a caballo que rondaba los montes. La generación de los 90 en Cuba fue la última que supo de buenas realizaciones en la televisión cubana.

Con dos canales bastaba para entretenerse frente al televisor. Ahora hay ocho gracias a la cajita de codificadores de señal y mientras más cambias, menos encuentras. “Las pasada vacaciones dieron Su propia guerra, la serie del Tavo. Es como la cuarta vez que la repiten. Mi hija tiene 21 años y no había nacido cuando aquello. La vio hace poco porque se lo pedí, eso es lo que queda de cuando en Cuba se hacían cosas decorosas”, apunta Antonia, de 55 años.

Si indagas entre los televidentes cubanos acerca de cuáles son los peores espacios por estos días, muchos no dudan y son tajantes: “La Mesa Redonda y La pupila asombrada… ¿quién se puede espantar eso?”

Lo más novedoso que televisa la pantalla chica son las novelas, no muy populares entre algunos del público. “De desgracias estamos rodeados, entonces como si fuera poco, en el único espacio de distracción existente te bombardean con problemas y más problemas. Ellos mismos te obligan a despreciar las novelas nacionales. Yo prefiero las brasileñas o las turcas que vienen en el Paquete Semanal”, aclara Sandra.

“La mayoría de los actores buenos se han ido del país”

Aleida, ama de casa, refiere que como las de antes ya no hay. “Al compás del son y El balcón de helechos, eso sí eran producciones espectaculares. Pero la mayoría de los actores buenos se han ido del país, y yo no sé si es falta de presupuesto o de ganas pero cada año dejan más que desear. No hay Dios que se las empuje”.

En este sentido, Odalys reclama el hecho de que repitan el mismo espacio por diferentes canales. “Primero transmiten la novela de turno por el Canal Habana en el horario de la noche, luego a las 11 de la mañana por Cubavisión y después empiezan a emitirla en el horario destinado para este tipo de audiovisuales. ¿Qué necesidad? Con la cantidad que existen. Eso se produce en la mayoría de los países”.

“Durante las semanas de receso o días feriados te anuncian una supercartelera, todo mentira. Ponen La sombrilla amarilla, esos actores niños ya son adultos y todavía no se deciden hacer una serie infantil decente en el ICRT. Sino ponen Los Villalobos, Coco Verde o cualquier producción de inicios de siglo a modo de recordatorio, una o dos veces al año. Es abusivo”, afirma Idania.

Mucho ruido

Este problema no es un secreto para los directivos de los distintos canales, incluso desde hace dos años se habilitó un entorno de debate semanal denominado Comunicar TV para escuchar las opiniones del público. ¿Funcionó? Lo cierto es que con los años empeora el panorama audiovisual cubano. Las opciones disminuyen y las alegrías vienen de mano de los viejos personajes.

“Mucho Ruido fue de las mejores emisiones televisivas para adolescentes y parece que lo saben. Religiosamente cada doce meses vuelve a la pantalla, por el Canal Educativo o por Telerebelde. Mi hija y mi sobrina se saben los diálogos de memoria, las dos estaban en sexto grado cuando la primera entrega. Ahora están terminando la Universidad”, explica Laura.

La población anhela largometrajes actuales, más contemporáneos. Onilda, jubilada de 76 años comenta que: “A Tras la Huella casi todo el mundo le dice Día y noche porque nos acostumbramos a ese policíaco, aquello daba gusto. Los actuales no tienen acción. Mientras más medios para la realización más para atrás vamos, no salimos de la era antigua. Cuando apareció RTV Comercial varió un poquito el ritmo pero son programas escogidos, lo demás se rellena con lo de antaño, a veces ponen algo que nadie se acuerda para despistar pero los colores y los efectos los delatan”.

Vladia Rosa García