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Florida

La Industria Bakery o las croquetas más malas del mundo

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Una visita este domingo a La Industria, el nuevo restaurante de Nicky Jam, deja mal sabor de boca. Las croquetas de malanga no hay quien se las coma

Hace apenas nueve días el boricua Nicky Jam inauguraba un local gastronómico en Miami. A La Industria Bakery & Cafe -restaurante de desayuno y brunch ubicado en Bayside Marketplace- acudí ayer. Mi experiencia fue desastrosa, por eso sorprende que el lugar esté lleno a tope.

Nicky Jam es un artista boricua con más de 40 millones de seguidores en Instagram. Probablemente es eso lo que garantiza que La Industria se mantenga con tiempos de espera de hasta una hora y 40 minutos. Porque el servicio y la calidad de los platos es muy cuestionable.

 

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Como ejemplo las croquetas de malanga. La presentación del plato, como la de tantos otros, invita a comer. Pero el problema comienza cuando te las metes en la boca. La malanga no tiene ni pizca de sabor, como si no estuviese sazonada. Cuesta acabar esa masa grumosa con gustillo a harina. Y es que debería ser pecado en Miami, ciudad de la cual muchos alaban sus croquetas,  servir estas de malanga y pésima factura.

Lo otro son los precios. Muy altos en algunos casos, y para nada se justifican con la calidad -que se intenta suplir con cantidad. La rompe colchón -arepa con camarones y queso gouda-; y la Reina Pepiada -arepa de pollo y mayonesa de aguacate- que cuestan 15 dólares cada una, no son nada del otro mundo. Como bien comentaba una amiga que me acompañaba, en cualquier food truck de Miami te las come mucho mejores y más baratas.

 

La Queen Omelette -una tortilla con pavo, espinaca, quesos crema y feta, cebolla caramelizada, aguacate y tomate- estaba un poco mejor, según el testimonio de otro comensal de mi mesa, pero el precio es exagerado pagar 28 dólares por una tortilla.

En cuanto al servicio de La Industria, pues deja bastante que desear. Todavía espero la cucharilla para remover mi café espresso, que por cierto en el menú aparece con el precio de 2 dólares, y por cuatro me cobraron 12 -o sea, 3 por cada uno. Durante la estancia se me cayó al suelo la servilleta, el camarero amablemente me la recogió y en vez de darme una limpia me la devolvió a la mesa.

En fin, que por el bien de Nicky Jam, y de los que acuden a su restaurante, ojalá las cosas cambien. Porque será difícil encontrar unas croquetas más malas que esas de malangas que sirven en los desayunos de La Industria Bakery & Cafe.

Neus Francino



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