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Cuba

Juventud divino tesoro: un cambio para el béisbol cubano

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Que los jovencitos menores de 25 años derrotaran a los peloteros experimentados, durante el Juego de las Estrellas en la isla, es un augurio.

Que peloteros imberbes con escasa experiencia en Series Nacionales vencieran a una selección de mayores cuajada de supuestas estrellas con miles de cicatrices en batallas internacionales, es un guiño al cambio que necesita ese juego de pelota o “gato viejo” que es el béisbol cubano.

Esta edición del Juego de las Estrellas, marcada por el escándalo alrededor de la figura de Antonio Pacheco con la exclusión de su número sobre la banca de primera base y luego por la burda explicación de las autoridades, será histórica y tuvo un colofón magistral.

Para un país que necesita cambios de mentalidades en todos los ámbitos y por supuesto también en el deporte, ninguna noticia mejor que la de este martes, cuando las nuevas generaciones derribaron a las “vacas sagradas” para dejar un mensaje claro a los aficionados.

Un jonronazo con las bases llenas del máximo toletero del campeonato, Lisbán Correa, en la misma primera entrada, hizo pensar por un momento que los mayores de 25 años aplastarían a los impetuosos y hambrientos de reconocimientos muchachos de las Estrellas Futuras.

Sin embargo, el divino tesoro de la juventud demostró su brillo en la arcilla y triunfó con categoría con marcador final de 8-6, gracias a bambinazos del granmense Iván Prieto y del ídolo local Santiago Torres para firmar el empate y la ventaja en las postrimerías del partido.

Andy Rodríguez, un joven de 21 años natural de la capital del país, sacó los últimos cuatro outs del juego (tres de ellos por la vía del ponche), para anotarse el salvamento y dejar a los más veteranos con la “carabina al hombro”.

Prueba de habilidades del Juego de las Estrellas del béisbol cubano

Con respecto a las pruebas de destreza, realizadas una vez que concluyó el desafío, fueron caras nuevas también las que triunfaron a excepción del doble play más rápido, ganado por el trío de Yorbis Borroto, Jorge Alomá y Lisbán Correa, todos con vasta experiencia en los campeonatos domésticos.

El ganador del Derby de los jonrones, el pinareño Yasser Julio González, apenas tiene 28 años y ha regresado al béisbol cubano después de una incursión por tierras dominicanas; en el tiro al barril se impuso el cienfueguero Richel López y en la carrera de home a primera el santiaguero Jorge Luis Gutiérrez, un “corre caminos” totalmente desconocido.

Lo cierto es que el cambio tiene que llegar. Cuba ha perdido ya todas la hegemonía que tenía en el béisbol desde las categorías infantiles hasta la de mayores, y ya ni siquiera se puede imponer en competencias regionales a las cuales asisten equipos desconocidos de dudosa calidad.

Esta victoria de la juventud por supuesto que no cambiará nada, pero satisface. Los directivos van y vienen y según se comenta en los pasillos de este mundillo, al presidente de la Federación Cubana de Béisbol, el señor Higinio Vélez, le queda poco en la silla al frente del béisbol cubano. Sin embargo, la mentalidad y los pilotes que sostienen todo esto continuarán siendo los mismos.

Roque Díaz 



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