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EEUU

Juez ordena taparle la boca a un acusado en pleno juicio con cinta adhesiva

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Un juez en el Condado de Cuyahoga, Cleveland, se cansó de oir las sandeces del acusado en plena sesión de un juicio y ordenó a los alguaciles que le taparan la boca al sospechoso después de que este, convertido en un auténtico papagayo no dejara de hablar durante una audiencia de sentencia.

Franklyn Williams, de 32 años, estaba siendo sentenciado el martes luego de ser declarado culpable de robo a mano armada con agravantes, secuestro, robo y otros cargos, ocurridos en Richmond Heights y Euclid, cuando de pronto fue protagonista de un espectáculo inusual en el Tribunal de causas comunes del condado de Cuyahoga.

Durante su audiencia de sentencia, Williams comenzó a hablar, e interrumpir el proceso de tal manera que, en el transcurso de 30 minutos, el juez John Russo le tuvo que hacer más de 12 advertencias. Según los informes, y según el reporte de Fox 8 News, Williams incluso interrumpió a sus propios abogados.

Sin embargo, Williams no reparó en ello, y en el hecho de que, dentro de una sala como esa, manda el juez y nadie más. ¡Ni siquiera el presidente de un país! Así que, como reza el refrán “tanto va el cántaro a la fuente….”

Russo se hartó de las insolencias de Williams y ordenó a los agentes que cerraran la boca del acusado. Estos, por supuesto, no encontraron método más efectivo que ponerle un pedazo de cinta adhesiva sobre la boca.

Sin embargo, siguió hablando y sus palabras “se escapaban” por debajo de la cinta adhesiva, por lo que el juez ordenó ponerle otro pedazo más el cual le cubrió hasta la barbilla.

Finalmente, el juez Russo sentenció a Williams a 24 años de prisión.

De acuerdo con los documentos obtenidos en la corte, Williams fue declarado culpable de los cargos de robo con agravantes, secuestro, robo, mal uso de tarjetas de crédito y tener armas con discapacidad.

Su juicio comenzó en diciembre del año pasado, pero tuvo un inconveniente cuando este se quitó el brazalete electrónico que tenía en el tobillo y huyó a Nebraska, donde afirmó que fue golpeado en la cabeza y perdió la memoria.

Sin embargo, gracias a la tecnología y a la agudeza de los fiscales, estos obtuvieron los records telefónicos de la vivienda de sus padres y grabaron todas las conversaciones en que Williams los llamó y recordó “hasta el nombre del gato”.

Esta es su segunda prueba en el caso. La primera vez, se declaró culpable y fue sentenciado a hasta 14 años de prisión. A Williams se le concedió una apelación después de que un tribunal descubriera que estaba mal informado sobre cuándo sería elegible para ser puesto en libertad.

 

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