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Científicos cubanos: Hija de gata, fabrica vacunas

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Laura Marta Rodríguez Noda, licenciada en Microbiología, graduada en la Universidad de La Habana, y con apenas 45 años de edad confirma en carne propia eso de que “hijo de gato, caza ratón”, aunque en su caso el refrán se debería adecuar un poco y decir “hija de gata, fabrica vacunas”.

Y es que Laura Marta, quien ya lleva 10 años trabajando en el Instituto Finlay de Vacunas, varios de ellos “al frente del Grupo de Inmunología”, es hija de otra destacadísima científica: Julia Noda Gómez.

“Mi mamá, Julia Noda Gómez (Julita), ha sido mi ejemplo toda la vida”, reconoce Laura Marta y habla de cómo su madre fue una de las primeras trabajadoras del  Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), y luego fue fundadora del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA).

“Ella es fundadora de esa institución y allí trabajó toda su vida, más de 35 años hasta que se jubiló. Mi mamá siempre ha sido mi ejemplo, un ejemplo de lo que tiene que hacer un científico, de lo que le toca hacer al científico en la Cuba de hoy”, expresa Laura Marta.

Somos las mujeres las que integramos mayoritariamente los centros de investigación. Foto: Naturaleza Secreta/Facebook.

Al hablar sobre el lugar donde trabaja, dice con orgullo -y nos enorgullece a nosotros- que allí son las mujeres, las que llevan el bate -y la batuta- en la mano, al ser la mayoría en el centro.

La joven -sí, con 45 años se es joven- reconoce que el llamado teamwork o espíritu de trabajo en equipo, allí tiene un modelo de ejemplo. Existe, asevera “mucha unidad, mucha integración para poner en cada ensayo, en cada experimento, a la persona más preparada dentro del colectivo y sobre todo mucha solidaridad entre todas las compañeras que trabajamos juntas”.

“Eso nos ha ayudado a que los resultados sean tan buenos como han sido hasta ahora”, afirma.

El Instituto Finlay de Vacunas tiene mucha experiencia sobre todo en vacunas bacterianas, lleva muchos años produciendo vacunas fundamentalmente contra bacterias y esta planta donde estamos ahora se construyó con el objetivo de ser una planta de vacunas virales, aunque se ha investigado en algunas etapas, nunca se llegaron a desarrollar vacunas virales, por tanto, cuando llegó la tarea de buscar una vacuna contra la COVID-19, un virus, lo primero a lo que nos enfrentamos fue a estudiar muchísimo, a leer todo lo que salía sobre la COVID-19, no podíamos esperar al día siguiente, era arriba de los artículos, para saber por dónde se estaban moviendo los candidatos vacunales que fueron saliendo, estudiar todo lo que estaba haciendo el mundo, porque teníamos que desarrollar en el laboratorio nuevos ensayos, porque una bacteria no tiene nada que ver con un virus en cuanto a los efectos que produce, en cuanto a la inmunología que hay que estudiar y ese fue el primer reto“, dijo al portal Cubadebate.

Esto ha roto nuestros propios récords, lo que nosotros pensábamos que no podía ser y sí se pudo. Foto: Naturaleza Secreta/Facebook.

Laura reconoce que fue un verdadero reto poner en marcha una vacuna en meses.

“Yo creo que fue el mayor reto, ganarle tiempo al tiempo, que cada resultado de hoy no podía esperar a analizarse mañana, había que analizarlo hoy mismo porque de eso dependía la decisión de mañana”.

“Pienso que hay tres factores que han influido en que hayamos logrado resultados tan rápidos”, dijo más adelante.

“Primero, la dirección que ha sido invaluable, siempre centrada en cuál es el objetivo, siempre evitando que nos desviáramos hacia lo que no era importante; segundo, la integración entre las áreas, que estuvieran desde el principio todas las áreas que tenían que estar, no esperar a llegar a la última etapa para involucrar a los que tienen que actuar al final, sino que desde el principio estuvieran involucrados todos; y tercero, las características personales de la gente, la consagración, la dedicación, el espíritu de sacrificio.”

“Aquí no ha habido sábados, ni domingos, no ha habido hora para irnos del centro de trabajo”, dijo Laura Marta, quien confirmó lo que hace unos meses nos llegó como un “soplido”.

“Este candidato se basa en una de las plataformas más conocida del Instituto Finlay, la plataforma de la vacuna VA-MENGOC-BC, con más de 30 años poniéndose a niños y demostrando su seguridad y eficacia. Fue primera vacuna de su tipo que existió en el mundo en su momento, y yo creo que todo ese legado…y la participación de los jóvenes con nuevas experiencias, ha permitido que este candidato y los que vienen detrás marchen a una gran velocidad. Esto ha roto nuestros propios récords, lo que nosotros pensábamos que no podía ser y sí se pudo.

Laura Marta es parte del equipo de profesionales que ha puesto en marcha el primer candidato vacunal de Cuba contra la COVID-19. Ha sido, dice Cubadebate, “la responsable del eje de evaluación inmunológica”.

Algo más de dos décadas atrás, era la compañera de aula de un amigo (Rubén Marrero Díaz de Villegas). Tal vez la vimos en el comedor del Machado; en el Seder; o la enfrentamos en algún partido de los Juegos Caribe. Es posible que la viéramos en una fila, deseosa de entrar a la casa de la FEU para disfrutar de alguna fiesta de su Facultad; o en el Salón Rosado de la Tropical, lugares que frecuentábamos todos los que, por esos años, estudiábamos en la UH.

Hoy es un orgullo de todos los graduados en la Universidad de la Habana.

por Roberto A.

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