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Cuba

Heladería de Diez de Octubre acumula quejas entre los habaneros

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Texto y fotos: Vladia Rosa García

Quienes viven en los alrededores de la heladería Las Yagrumas no dejan de reclamar. Hace dos años cambiaron a trabajadores y administración, pero todo sigue igual

Las Yagrumas es una heladería estatal ubicada en la calle Santa Catalina, municipio Diez de Octubre. Varias son las quejas relacionadas con la prestación de servicio, la mayoría vinculadas a la forma de distribuir el helado, el trato a los clientes, las condiciones del lugar y la poca variedad de sabores.

“Paso más de una vez al día por aquí. A veces llega  la carga y en lo que voy a mi casa y descargan, dicen que se acabó… ¿cómo va a ser eso posible?”, se cuestiona Celia, un ama de casa que vive en los alrededores.

Acaba de parquearse el camión de la mercancía. El dependiente evita comunicar una hora exacta para comenzar a despachar el producto. “Dentro de un rato” -afirma- “primero tenemos que organizar”. Según los vecinos de la zona, ese momento puede tardar y reducir la jornada de trabajo a un tiempo mucho menor que el requerido. Ante la inseguridad, la población evita hacer la cola por miedo a “que sin comenzar, se acabe el helado”.

La puerta del establecimiento cuenta con un cartel que anuncia como horario solo de martes a domingo. Pero, los propios trabajadores de Las Yagrumas refieren que ese aviso es incorrecto porque abren a diario. O sea, no está actualizado y ni siquiera se toman la molestia de modificarlo para evitar confusiones.

Además, no se brindan todos los detalles de la mercancía recibida a quienes los solicitan. “Aquí hay que hacer guardia para poder tomar helado, tienes que desconfiar”, expresa Miriam, trabajadora del Sylvain ubicado al frente.

La entidad ofrece un número de teléfono a los ciudadanos para utilizar durante las horas laborables. Esta asistencia en raras ocasiones funciona, en general, la información que se brinda es incorrecta. “Se puede llamar cuantas veces quieras, casi nunca atienden, y si lo hacen, los datos que dan son inciertos. Cambian el sabor, o simplemente contestan que no saben”, explica Guillermo jubilado de 68 años.

Cuando los vecinos preguntan, se omite el sabor real que entró. “Los habitual son las tinas de mango, guayaba o vainilla. Si entra chocolate, todo el mundo corre, pero parece que ellos ya tienen a su gente. Yo vivo a tres cuadras y  a veces es imposible alcanzar algo”,  indica Gisela.

“Las condiciones higiénicas son deficientes, al frente hay un basurero donde se acumulan escombros. No quiero ni imaginar cómo estarán las neveras”, añade.

Las reclamaciones han sido presentadas en el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) o en las oficinas de Atención al Consumidor del municipio. Sin embargo, nada se soluciona. Hace aproximadamente dos años en la heladería Las Yagrumas se hicieron cambios por dificultades similares. “Ocurrían situaciones parecidas a las de ahora, cambiaron a los trabajadores y a los directivos después de diversas demandas de muchos residentes”, expresa Rodolfo, encargado del CDR en la zona.

Al parecer, el panorama continúa sin intenciones de ser remediado. En la página de denuncias del Ministerio de Finanzas y Precios se recogen varias exigencias referentes al tema de las cremerías en otras localidades como Alamar y el Vedado. Mientras, los requerimientos de la población seguirán hasta que sean atendidos por las máximas autoridades.

 


 

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