Anciana cubana enferma no quiere promesas, quiere una escalera

Una anciana que vive en un 2do piso, no puede bajar de su apartamento porque la escalera está rota.

Le han hecho mil promesas, pero ella quiere soluciones.

La más reciente de las denuncias sociales aparecida en la columna Acuse de Recibo del diario oficialista Juventud Rebelde, parece propia de un guión de alguna comedia del llamado neorrealismo italiano. Una anciana vive en un segundo piso, incomunicada prácticamente, porque la escalera de caracol que da acceso a su morada está tan deteriorada que a ella le es prácticamente imposible bajar o subir por ahí.

Imagínense una señora, anciana, de 74 años, que padece de hipertensión, cardiopatía y diabetes, en un apartamento de un segundo piso sin poder salir a la calle.

Luego de 40 años trabajando para el sector del Transporte, esta anciana jubilada, identificada como Minerva Riverón Ricardo y residente en calle Liduvino Quiñones, entre H y Máximo Gómez, reparto Honduras de Banes, Holguín, se siente decepcionada, peloteada, engañada.

La anciana ya había escrito previamente al diario el año pasado. En aquella carta contaba su odisea diaria, que es la misma que vive actualmente.

Tras el caso hacerse público la visitaron las autoridades. Le prometieron y prometieron, pero Minerva no quiere promesas, quiere una escalera.

Incomunicada como está, muy probablemente hasta “acepte” una rondana, o una grúa; pero nada de eso aparece.

De hecho, le prometieron hace poco una escalera -de hierro-, pero el delegado de circunscripción, que a la vez atiende varios programas del gobierno, le dijo que había que coordinar un carro, una grúa y el combustible.

Este no es el único funcionario que ha atendido a Minerva. Eso sí, todos le han dado vaselina con la escalera.

Respuesta del gobierno

Yander Rodríguez Santana, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Banes, en una carta fechada el 14 de octubre de 2020, respondía al diario Juventud Rebelde, luego de verse emplazados por primera vez a nivel nacional, que a la anciana se le visitó y “se confirmó su crítica situación en cuanto a salud y a su vivienda, pues la escalera de acceso es de caracol, con los travesaños en peligro de derrumbe”.

La Comisión que la visitó en esas fechas estaba integrada por el director municipal de la Vivienda, y el de Planificación Física.

“Se le comunicó que para reconstruir la escalera debía ser incluida en el Plan de rehabilitación y conservación del año. Y para ser incluida en ese plan debía evaluarse por la comisión que es presidida por el Gobierno. De aprobarse, se presentaría al Consejo de la Administración para ser incluida en el plan. Y cuando haya nuevas convocatorias de subsidio, con fotocopia de la propiedad, fotocopia del carné de identidad y solicitud propia, debía dirigirse a la oficina de Trámites con el objetivo de solicitar el subsidio“.

¡Un verdadero arroz con pollo socialista! ¡Cuántos andaribeles para resolver una escalera!

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El hecho es que desde aquella respuesta del gobierno -dada en octubre pasado- ha llovido a cántaros. La escalera se ha deteriorado más aún, y Minerva está ahí, en su segundo piso.

En realidad no está ahí ahora, sino en un hospital. Le han puesto un marcapasos, y esta carta nueva que ha enviado a Pepe Alejandro al diario oficialista se la ha escrito una enfermera.

“Hace una semana me remitieron desde Banes para el Hospital Provincial Lenin de Holguín. Me han dicho que requiero de un marcapaso y estoy en espera. (Esta carta me la está haciendo una enfermera). Cuando me den el alta, ¿cómo podré subir y bajar de mi vivienda? Porque ahora no podré saltar dos peldaños como antes”, expresa.

En cuanto a la escalera y las promesas dice la anciana:

“Me siento engañada, han sido irrespetuosos conmigo, con una persona de edad avanzada, enferma y sola. Pero me siento muy contenta porque ahora me subieron los ingresos a 1 528 pesos y solo necesito que me ayuden y podré pagar los gastos poco a poco”.

Y del delegado añade:

“Varias veces he hablado con él y me da explicaciones, hasta ahora sin solución”.

Roberto A.