La Habana Vieja y los teléfonos que nunca llegan

Algunos residentes en La Habana Vieja llevan más de una década esperando por una línea telefónica

Por María Carla Prieto

Los vecinos de La Habana Vieja ya no saben qué hacer. En espera de la línea telefónica desde hace varios años, reciben la noticia de que la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba instalará la escasa cantidad de 236, a repartir entre 14 circunscripciones.

Desde el anuncio, los interesados acudieron al Consejo Popular Catedral en busca de las planillas que le podrían dar acceso al anhelado teléfono.

Varios días han pasado desde el fin de la recepción de los documentos, y no hay respuesta. Carmen, vecina de la calle Factoría, nos cuenta: “desde hace más de 10 años esperamos la asignación. Luego de tanta espera, la disponibilidad de menos de 300 unidades me parece una falta de respeto”.

Las pocas capacidades propiciarán las trampas y el que se favorecerá a algunos vecinos sobre otros. “Siempre aparecerá quienes los compren. Cuando asignen los aparatos, cuenta cuántas casas los recibirán”, comenta Julio, quien vive en la misma cuadra.

El costo de una línea telefónica en el mercado informal es de al menos 600 CUC. Por esta razón, las personas aprovechan las contadas ocasiones en que ETECSA ofrece cupos para hacerse de algunas unidades. “Quienes están a cargo de estas operaciones son simples funcionarios. Uno resuelve uno o dos, los salva con un menudito y después los revende. Es un negocio bueno, pero inestable”, declara Alina.

Renta de líneas telefónicas

Diana asegura que la entrega de planillas no es una garantía de éxito. “Yo rellené mi planilla antes del nacimiento de mi niña; ahora ella tiene 18 años. La solución para mí fue alquilarlo”

La renta de uno de estos es de 20 CUC mensuales, lo cual no incluye la factura telefónica. El negocio funciona de la siguiente manera: “a los clientes les arrendamos líneas de personas fallecidas. Estas permanecen en activo en la entidad y reportan un dinero extra para muchos trabajadores”, afirma un trabajador que prefirió el anonimato.

Opciones a un lado, muchas familias de la zona se muestran alarmadas porque seguramente perderán esta oportunidad. “Serán cuatro o cinco los realmente beneficiados. El teléfono fijo es una necesidad, no un lujo”.

“Nosotros estamos acostumbrados a recibir este tipo de aparatos como estímulo, por el CDR o alguna otra organización. Con esta entrega se está propiciando la guerra entre nosotros. Todos los que puedan echarse tierra encima lo harán, solo por resolver su problema”, concluye Mercedes.