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Cuba

Guillermo Rigondeaux: “Estoy en mi peso donde soy el campeón”

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El boxeador cubano Guillermo Rigondeaux, para muchos el mejor boxeador cubano de los últimos años, y que fuera considerado hasta hace unos meses atrás como uno de los mejores libras por libras del mundo, con la aureola además de ser un “intocable”, le aseguró al periodista Jorge Ebro que se encuentra en muy buena forma deportiva para su próxima pelea este 13 de enero frente al mexicano Giovanni Delgado, en Los Ángeles.

Aunque su calidad está fuera de toda discusión, una mala movida – aseguran algunos que no fue mala sino “estratégica y necesaria” – lo llevó a subir a las 130 libras en una pelea muy publicitada frente al monstruo de ese peso, el ucraniano Vasyl Lomachenko, de la cual salió derrotado casi bochornosamente, alegando tener problemas en una mano.

La realidad es que Rigo no debió haber subido nunca a ese peso, y arriesgó mucho al hacerlo. Entre las cosas que arriesgó y perdió fueron sus títulos de las 122 libras – su peso natural – donde siempre ha sido un indiscutible campeón sin rival, porque todos, absolutamente todos los rivales le huían a sus golpes.

“Arriba del ring se resuelve todo”, explicó el campeón, y al hablar de sus títulos perdidos le dijo al siempre risueño Jorgito Ebro.

“Tú sabes que me los quitan y yo los recupero, me los vuelven a quitar y los vuelvo a recuperar. ”

“Nunca me he ido y estoy en mi peso donde soy el campeón”, avisó “El Chacal”.

Sin embargo ahora, es un campeón de las 122 libras – tal y como él mismo le expresa a las cámaras de Cibercuba – o un Rey, pero sin corona.

Reza un viejo adagio que “del lobo un pelo”, y aunque es cierto que ha pasado otro año más, y eso se siente como una tonelada en las costillas y en los reflejos de los boxeadores, a Rigo le ha venido bien el cambio.

Ahora, bajo la certera guía de Ronnie Shields, su nuevo entrenador, “El Chacal” pudiera volver a tocar la gloria.

Además, el cambio de campo lo llevó a estar junto a su viejo amigo y compañero del equipo de boxeo en la isla, Erislandy Lara, y el ambiente distendido y de camadería, puede darle muy buenas vibras y ánimos al ídolo de los cubanos.

Rigo necesita volver al cuadrilátero; y quizás esta pelea ante Delgado, quien estará vitoreado por deceneas de seguidores sirva para demostras verdaderamente quién es Rigondeaux.

No es un desconocido, es cierto, pero sin favoritismo alguno y con todas las cartas en su contra enfrentó el 13 de abril del 2013 al filipino Nonito Donaire, uno de los boxeadores favoritos de Bob Arum, y lo hizo trizas.

Tal vez Delgado sea ese giro de timón que necesite Rigo.

No dudamos de su victoria; lo que sí ponemos en tela de juicio es qué sucederá después. Porque si Delgado baja con la cara molida por sus propios pies, o noqueado, seguramente volverá a suceder como en años anteriores con El Chacal. Que cuando pedía un rival, uno argumentaba que tenía catarro, otro pedía una barbaridad de dinero, y algunos se hacían los sordos.

 

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