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Guatemala pide a EEUU explicaciones por muerte de un niño en la frontera

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La Cancillería de Guatemala ha pedido una investigación “clara” sobre la muerte del segundo menor en menos de un mes bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza de EEUU.

Marta Larra, directora de Comunicación Social de la Cancillería, precisó que todavía no tienen el nombre ni la comunidad de origen del menor fallecido el día de Navidad, ni del padre. “Por protección a la familia no podemos darlos, a no ser que ellos autoricen”, agregó Larra.

El comunicado del Ministerio guatemalteco de Relaciones Exteriores refiere que “agentes de la Patrulla Fronteriza informaron del lamentable fallecimiento de un menor de origen guatemalteco”, de 8 años de edad, en Alamogordo, Nuevo México.

Guatemala ya solicitó aclaraciones a Estados Unidos el pasado 8 de diciembre, tras la muerte de la niña Jakelin Caal Maquín, quien falleció en circunstancias parecidas 48 horas después de haber sido apresada junto a su padre en la frontera.

Hasta ahora el Ministerio guatemalteco de Relaciones Exteriores sabe que el menor entró a territorio estadounidense acompañado de su padre por El Paso, en el estado sureño de Texas, el 18 de diciembre. Cinco días después los trasladaron a la estación de la Patrulla Fronteriza en Alamogordo. Óscar Padilla Lam, cónsul de la nación centroamericana en Phoenix, “está ya en el seguimiento de este hecho y se ha trasladado hasta el lugar donde está a la espera de poder entrevistar al padre del menor, para poder conocer su versión de los hechos”.

El reporte de la periodista Miriam Jordan para The New York Times apunta que al principio se creyó que el niño tenía un resfriado, pero el personal del hospital Gerald Champion Regional Medical Center descubrió que también tenía fiebre. Fue retenido en el hospital por hora y media en observación. El lunes por la tarde fue dado de alta con indicación de amoxicilina, un antibiótico comúnmente recetado, e ibuprofeno. Por la noche, comenzó con náuseas y vómitos, por lo que las autoridades fronterizas lo llevaron de regreso al hospital, donde murió.

Según el diario The New York Times, “profesionales médicos y activistas dijeron que la segunda muerte de un menor en la frontera evidenciaba los riesgos de mantener a los niños vulnerables en lo que llamaban instalaciones sobrepobladas, conocidas como “hieleras” por lo frías que son”.

Marsha Griffin, pediatra en la frontera entre Texas y México y copresidenta del grupo sobre la salud de los inmigrantes de la Academia Americana de Pediatría, manifestó al periódico que “estas instalaciones no son un lugar para un niño, ni siquiera para un niño sano”.

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