Gobierno de Cuba solloza por guerra mediática contra sus “vacunas”

Los funcionarios del gobierno de Cuba se quejan en cuanto foro internacional existe de la guerra mediática contra sus candidatos vacunales. También usan a sus voceros en Europa

Llevan desde 1959 viviendo del lloriqueo, son como el continuo gimoteo de una plañidera en entierro. Ahora el gobierno de Cuba -mediante sus propagandistas afincados en Europa- habla de guerra mediática contras sus vacunas.

En su perfil en redes sociales, el vocero Iroel Sánchez comparte un artículo aparecido en su blog La Pupila Insome y firmado por José Manzaneda.

Manzaneda -uno de los “ventrílocuos” que aparecen en Cubainformación TV para sostener las versiones de la llamada Revolución- titula este su más reciente pasquín “La guerra mediática contra las vacunas cubanas” y desarrolla entonces las más descabelladas ideas acerca de esa cruzada que quienes gobiernan Cuba -dicen- se lanza contra el pueblo.

Lo cierto es que cuando no es el bloqueo, es la contienda en los medios y las redes: siempre tienen una evasiva a mano para encerrarse en el refugio -sea o no bajo tierra. Son más  de seis décadas esperando al enemigo, gastando recursos que el país no posee. De paso distraen la atención de lo esencial: la ineficacia de un sistema que no funciona y solo pide esfuerzos a quien lo padece. Mientras los mandamás se cubren con privilegios.

En medio de sus dislates, José Manzaneda ataca directamente al inmunólogo cubano Eduardo López-Collazo, por las recientes opiniones sobre los candidatos vacunales cubanos que dio al portal 14yMedio. López-Collazo dirige el Instituto de Investigación del Hospital La Paz, en Madrid. Y entre otras cosas expresó de las “vacunas” de la isla:

“A nivel mundial, esta pandemia se está politizando al máximo, es horrible, y no escapa ningún rincón del planeta. En Cuba, además, por su condición de dictadura longeva, eso se ha convertido en un partido de béisbol o en una Zafra de los Diez Millones. La cacareada sanidad cubana es una historia que se ha quedado en anécdota, pero no es una realidad, para nada. Ya tenemos que ir despejando el mito de Cuba como un paraíso de sanidad y educación. ¿Por qué se han lanzado a hacer esto? Siguiendo los pasos que siempre ha seguido cualquier dictadura: hago esto porque quiero y así voy a demostrar al mundo que soy mejor que nadie. A mí no me sorprende para nada que hayan hecho esto y que sigan haciendo otras cosas de este estilo, pero me parece que es jugar a la ruleta rusa, porque se está hablando de la vida de la población de una isla entera.

Cuba, además, no ha querido entrar en el fondo Covax, que aseguraría una diversidad en caso de fallar. En esta pandemia hay que tener plan B y Cuba no ha querido tenerlo, con esa soberbia que caracteriza a todas las dictaduras. No quito méritos: los científicos buenos están por todo el mundo y si le han puesto financiación, probablemente salga algo interesante de los candidatos vacunales. El problema está en si falla ese plan A, así que no entrar en ese consorcio me parece un gran error“.

Tales valoraciones son las que llevan a Manzaneda -ese admirador de la llamada Revolución del 59- a soltar improperios y no razones contra Eduardo López-Collazo: “El Director Científico del Instituto de Investigación del Hospital La Paz de Madrid, un cubano anticastrista, violando todo protocolo de ética profesional, lanzaba, en una entrevista, un panfleto político para desprestigiar la estrategia de vacunación de Cuba. La Habana estaría jugando ‘a la ruleta rusa’ con ‘la vida de la población de una isla entera’ para ‘demostrar al mundo’ ser ‘mejor que nadie’: la ‘soberbia que caracteriza a todas las dictaduras'”.

Y remata el ventrílocuo de Cubainformación TV, con estas palabras que parecen dictadas al oído desde La Habana: “Una supuesta ‘dictadura’ que formó a esta persona como científico, para acceder, hoy, a un respetable salario en el ‘segundo centro de investigación más potente de España’, según leemos en la prensa, pero en el que se han desarrollado… ¿cuántas vacunas contra la Covid-19? Ninguna”.

Cuando no hay como defender causas, de dónde sacar, pues se invoca -ha sido práctica habitual de quienes gobiernan Cuba- a uno de esos logros que los envanece, aunque ya no sea comprobable: la educación gratuita. Como si en otras naciones no lo fuera. Cada vez desvisten más al muñeco de la propaganda: el espantapájaros de la Revolución del 59 se encuera ineludiblemente.

Neus Francino

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