Gobierno cubano niega empleo a exprisionero político

Un exprisionero político denuncia que el gobierno cubano le negó empleó debido a sus antecedentes, pese a que fue aceptado en primera instancia.

Lázaro Mendoza García es un opositor y exprisionero político cubano que denuncia que es víctima de discriminación política de parte del gobierno, pues su postura política le ha costado no poder encontrar empleo, contó a Cubanet.

En entrevista concedida a ese medio explicó que había sido contratado como custodio para el horario del día en una de las sedes de Correos de Cuba del municipio La Lisa, en el cual vive. Solo pocos días de haber comenzado a trabajar, la administradora le informó que no podía continuar en el empleo por sus antecedentes penales.

“Todo parece indicar que la Seguridad del Estado intenta asfixiarme económicamente. Quieren doblegarme por hambre, pero no lo van a conseguir. Prefiero sacar un cartel en el Capitolio para que me metan preso y me tengan que dar comida gratis, aunque sea el sancocho ese que dan en prisiones”, afirmó al medio.

Su oposición al gobierno de la isla sería la causa de su situación actual, pues como refiere el portal, el exprisionero político es líder del Movimiento Justicia, organización que lucha a favor de los Derechos Humanos y, además, ha protagonizado protestas frente al Capitolio de La Habana, el Ministerio de Justicia y la Asamblea Nacional del Poder Popular.

“Me hacen el contrato y el día 22 de enero empiezo a trabajar. Todo el mundo estaba contento con mi trabajo, pero ya el día 28 viene la administradora y me dice que había bajado (una orden) del Ministerio (de Comunicaciones) de que yo no podía trabajar allí porque tenía muchos antecedentes”, detalló.

“Todos mis antecedentes son por actividades políticas, por protagonizar diferentes protestas contra instituciones claves de la dictadura, y eso les duele. Por eso tratan de rendirme por hambre”, añade.

Cubanet refiere que Mendoza cumplió en el pasado 11 meses de cárcel por una protesta en la vía pública, tiempo en el cual pasó por cuatro centros penitenciarios: Valle Grande y Combinado del Este en la capital; Taco Taco, en Pinar del Río, y la prisión de Guanajay, en la provincia de Artemisa.

“No tengo trabajo, no tengo dinero, no tengo comida… ¿Cómo me alimento? Yo quiero trabajar para ganarme la vida, pero por mi activismo político el régimen me lo impide; ellos quieren liquidarme”, manifestó.

Omar Cortázar