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Cuba

GeroClub: otra tarea fantasma de los Joven Club

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Por Lucía Jerez

Los GeroClub son “una alternativa en Cuba para que las personas mayores se acerquen a las tecnologías de la información”, aseguran fuentes oficiales. Pero muchos ancianos no los conocen

Cuba es el país con mayor envejecimiento poblacional de América Latina y el Caribe. Más del 20% de los cubanos tiene 60 años o más y los pronósticos de fuentes oficiales apuntan a que para el 2050 esta cifra ascienda a un 36.2%, lo que podría causar, según algunos expertos, que en esa fecha figure entre las naciones más envejecidas del mundo.

La larga esperanza de vida, las bajas tasas de natalidad, unido a factores sociales como la emigración, que ha sido por muchos años una constante en los registros demográficos de la isla, ocasionan que aumente la presencia de ancianos, mientras decrece el número de jóvenes.

Esta situación constituye un desafío para un país como este con un desarrollo lento que requiere fuerzas nuevas y dispuestas para echarlo andar. Pero también en este contexto las políticas de Estado no solo han ido encaminadas a incentivar la natalidad, sino a prestar mayor atención a la tercera edad, que representan una parte considerable del índice poblacional.

En tiempos donde la sociedad cubana ha experimentado una apertura sin precedentes en cuanto a Internet y las nuevas tecnologías, acercar estos adelantos a los mayores constituye una de las más recientes propuestas.

De acuerdo con la versión del diario oficialista Granma, los GeroClub son “una alternativa que se implementa en Cuba para que las personas mayores se acerquen a las tecnologías de la información y la comunicación”. Alexander Díaz Meriño, director de Comunicación Institucional de los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE), comentó a Granma que esta iniciativa tiene presencia en todo el territorio nacional y disponen al menos de uno por municipio.

Sin embargo, luego de un sondeo entre varias personas de edad avanzada residentes tanto dentro como fuera de La Habana, es evidente que la mayoría no conoce acerca de estas estrategias.

Ricardo López es barbero en el municipio de Diez de Octubre y aunque se considera un hombre informado jamás había escuchado de los GeroClub. “Yo siempre estoy conversando con los clientes, veo mucha televisión, mientras hago los arreglos escucho la radio y no sé nada. Tampoco mis amigos me han hablado al respecto”.

Algo muy parecido ocurre con Libertad, quien es custodio durante el día en el lobby de un edificio en Nuevo Vedado. “Yo lo que conozco de esas cosas modernas es porque mi nieta tiene un celular y a veces llama a su papá, que es mi hijo y vive fuera de Cuba. Entonces pone la videollamada para que lo vea y me explica cómo funciona, pero al Joven Club nunca he ido a nada. Mucho menos sabía de eso que preguntas”.

“Creo que el Joven Club no cumple con la mitad de las funciones que dice. En los municipios todavía están las computadoras más antiguas en las que la navegación es imposible. Ahora con la crisis energética no encienden ni el aire acondicionado en una instalación que lo necesita”, asegura Isabel, residente en el municipio Nueva Paz, Mayabeque. “Del Geroclub no sé nada y debería realizarse porque los más jóvenes no siempre tienen la paciencia para enseñar a los no nativos de la tecnología”.

Para que esta nueva política de informatización sea exitosa y cumpla los objetivos por los que fue establecida es indispensable que primero se conozca, lo cual requiere un estrategia de comunicación que llegue con frecuencia y claridad a la prensa plana, la televisión y la radio, que son las principales fuentes de información para los mayores.

Es preciso que los Joven Club trasciendan esa visión que tienen en la sociedad, de ser un lugar solo para los jóvenes, pues no son pocos quienes asocian estos centros a las opciones de “tiempo de máquina” para los niños y planes de cursos para adultos. Pero más allá de cambiar la perspectiva que se tenga hacia dichas instituciones debe transformarse la imagen que tienen, incluso, los propios ancianos acerca de lo que es la vejez en Cuba.

Es cierto que en la isla los que permanecen en asilos constituyen minoría, sobre todo si se compara con estadísticas internacionales. No obstante, aunque la mayoría permanezca en sus hogares, y aunque las voces oficiales prediquen lo contrario, las opciones de esparcimiento y relajación para los mayores son muy pocas.

Este fenómeno puede advertirse con mayor claridad en los territorios de provincia, así como en muchos municipios capitalinos, donde los cines no tienen siempre una buena propuesta, la televisión carece de programas de calidad y siguen siendo los parques y las bodegas los lugares más concurridos por este segmento de la población que cada año crece.

Además muchos ancianos subsisten con una jubilación insuficiente; la máxima es de 500 pesos en moneda nacional, luego del reciente aumento de pensiones y salarios, lo cual resulta contradictorio en un sistema como el de la mayor de las Antillas, donde la seguridad social es uno de los trofeos de los que más se presume el gobierno.

 


 

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