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“La gente en Cuba está cansada de tanto patriotismo audiovisual”
Molestia y hastío sienten algunos cuando encienden la televisión. Patriotismo y soldados rebeldes hasta en las propuestas de la programación para estas Navidades
“De nuevo otra guerra en la televisión cubana”, encabeza Cubadebate la noticia. La primera impresión del título es que hasta los medios oficialistas están cansados de tantos mambises y tantos rebeldes.
“La otra guerra LCB (II)” será el próximo estreno de la pequeña pantalla nacional, nada más y nada menos que para iniciar la programación navideña este 21 de diciembre.
¿Qué buscan con tanto patriotismo audiovisual? Quizás, afianzar un “valor humano” que en la actualidad solo recuerdan los profesores de Educación Cívica o de Historia, la mayoría de ellos porque lo dicta el programa de estudios.
Roly Peña, director de la serie Duaba: La Odisea del Honor, está al mando de esta nueva entrega. Según confesó, “este es el trabajo más complejo” que ha hecho en su vida, aunque es cuestionable desde el inicio la reiteración de contenidos que dejan de interesar al público con el tiempo.
“Lo mismo con lo mismo todas las vacaciones. Además, te obligan a verlo porque lo meten antes de la novela. Te pasas desde la primaria hasta la Universidad estudiando la misma historia y, por si fuera poco, en el único momento de descanso vuelven a darte la clasecita de los buenos y los malos. Molestia es lo que causan. La gente está cansada de tanto patriotismo audiovisual”, comenta Diego Martell, ingeniero.
El horario estelar es elegido a propósito: una manera de llegar a más público. Pero nada asegura que cuando comienzan producciones como Baraguá o las entrevistas a generales en FAR-Visión, el canal no cambie como por arte de magia.
“Tan sencillo como apagar y esperar a las nueve”, opina Amalia Labrador. “¿Quién dijo que a esa hora yo estoy para esos cuentos? ¿No hay otra cosa que poner? Este programa nuevo de la lucha contra bandidos dicen que es para los sábados, pero los fines de semana son para distraerse”.
En Cuba, los temas principales en la agenda de la prensa oficialista o cualquier espacio comunicacional lo ocupan el bloqueo, las sanciones y todo aquello de lo que se pueda culpar a Estados Unidos. La televisión no escapa de esto. Es un intento desesperado por “no olvidar el pasado”.
Débora, estudiante de Medios Audiovisuales, reconoce que hay creaciones aceptables, mayormente películas. “El ojo del canario e Inocencia, esas son de las mejores. Pero no abundan las realizaciones que te dejen plantada en el asiento, expectante, sino las aburridas. No todas ameritan una saga, ni todos los actos heroicos llaman la atención. Cada cual cuenta su historia como quiere y ellos tratan de inculcar pasiones por miedo a que el pueblo las esté perdiendo”.
“La sobresaturación de contenidos logra el efecto contrario: la repulsión, hacer caso omiso a lo que se está viendo”, añade Débora. “El patriotismo nuestro va decayendo cuando falta la comida, el salario no alcanza, y el agua se demora una semana en llegar a tu casa”.
Inyectar sentimientos perdidos, eso quieren. Sin embargo, olvidan que en este siglo no hay enajenación ni forma posible de manipular cuando todo se sabe.
Vladia Rosa García