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Cuba

La garantía de los electrodomésticos no se respeta en Cuba

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Por Vladia Rosa García

Por si fueran pocas las vicisitudes, los cubanos cargan también con que compran electrodomésticos que si se rompen… adiós a la garantía

La compra de los equipos electrodomésticos viene acompañada de un período de garantía que permite sustituir el producto en caso de deficiencias técnicas. Este intervalo de tiempo se relaciona con el costo inicial y las propiedades de los artículos y la compensación varía según los motivos de las roturas.

El problema radica en que en Cuba un trámite como este puede demorar mucho. Ramón compró un televisor marca Daewoo hace tres meses. “La primera semana ya no encendía. Lo reporté. Todavía lo tengo en el cuarto en espera de que lo recojan y he llamado a todos lados pero nadie sabe darme respuesta”, explica.

Los clientes desconfían de las prestaciones brindadas a consecuencia de su continua ineficiencia. “De acuerdo con los de la tienda perdí mi derecho a cambiar la lavadora con siete meses de uso. La culpa es de ellos que amontonan las cosas para remendar y la respuesta final es que no tuvo acomodo”, expresa Mabel. Además agrega que los más afectados en estos casos  son los usuarios porque pierden todo, “el efectivo, el producto y la paciencia”.

En el pasado mes de septiembre se aprobó en la isla la Instrucción No. 5 del Ministerio de Comercio Interior sobre “las formas de compensación al consumidor y los tiempos de garantía de los productos y servicios comercializados en la red minorista”, en la cual se establecen parámetros ante las demandas de los cubanos, pero las violaciones aumentan.

“De nada valen las normativas si quienes estamos del lado contrario del mostrador seguimos afectados. A veces es preferible buscar la salida por sí mismo o pagar en la calle para llevarte a tu hogar algo de calidad”, refiere Jorge, profesor de la Universidad de Ciencias Médicas. Hace poco se hizo de un ventilador. Ante los fallos, la tienda se rehusó a devolverle el dinero sin pasar primero por el taller porque “es obligatorio”.

Los equipos tienen hasta dos años habilitados para enmendar cualquier desperfecto. Sin embargo, los encargados de la reparación olvidan sus responsabilidades. “A mí se me rompió la plancha, y yo misma la llevé. Estuvo más de quince días en aquel lugar sin aparente solución. Por lo tanto, decidí resolver por mis medios”, comenta Raquel.

Muchos cubanos se quejan de la mala gestión del Ministerio de Comercio, porque los sitios destinados al arreglo carecen de piezas de repuesto o espacio para almacenar más aparatos. “Por esto demora tanto brindar el servicio”, aclara un joven técnico de mantenimiento de 25 años.

Hace poco, el periódico Juventud Rebelde publicó la solicitud de la doctora Daisy Marten. Las deficiencias de su refrigerador fueron desde el primer momento. La nota hace un recorrido por cada uno de los impedimentos legales presentados para remediar la situación: las prolongadas jornadas de revisión, las negativas a entregarle el efectivo y demás vicisitudes padecidas por la clienta.

A diario los ciudadanos tienen que lidiar con las malas atenciones y las decadencias de los servicios comerciales. El maltrato, la precariedad de las asistencias y la poca calidad en las ofertas son puntos comunes en cada establecimiento estatal. En los momentos que vivimos cualquiera, menos la clientela, tiene la razón.

 


 

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