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Cuba

Fotos que hablan: La Habana casi cayéndose

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Estas fotos de La Habana cayéndose hablan y alarman. Cualquier balcón podría caer del deterioro, y ocasionar dolor en otras familias

Ziada vive hace treinta años en la calle Perseverancia, en el municipio capitalino de Centro Habana. Poco a poco ha visto cómo se caen las puertas, cómo se vuelven profundas las grietas del techo y las paredes. “Antes cuando llovía bastaba con un nylon en las ventanas, pero ahora no me alcanzan los cubos para ponerlos en todos los huecos que tengo encima. Mira que hemos hablado, que hemos mandado quejas, que hemos dicho que hay niños y ancianos en este edificio, pero nada. De lo único que tenemos certeza es de que nos vamos a morir esperando”.

Calle Perseverancia, Centro Habana

La muerte de tres niñas el 27 de enero pasado tras un derrumbe en el barrio Jesús María, de La Habana Vieja, ha vuelto a disparar las alarmas acerca del peligroso estado constructivo de la ciudad, principalmente de esta zona, que además de ser antigua, es una de las más pobladas.

Calle Lealtad, Centro Habana

A finales del 2019 la Agencia Prensa Latina la situaba como el segundo municipio de mayor población en la urbe, después de Centro Habana. No obstante, el hecho de que “la ciudad se está cayendo” no es noticia para ningún cubano, mucho menos para quienes la sufren. Las fotos de calles de Centro Habana hablan y gritan de esta realidad.

Las fotos hablan

Calle Muralla, La Habana Vieja

Calle Muralla, La Habana Vieja

Lo más lamentable después de las pérdidas humanas es saber que tienen que pasar este tipo de cosas para que la gente grite, proteste, o convierta el ciberespacio es una longaniza de denuncias; en tanto las calles, las estaciones de policía y las sedes de los gobiernos municipales y provinciales permanecen en una quietud arrolladora.

“Mientras no le caiga un ladrillo en la cabeza a alguien, a todo el mundo le conviene girar la vista y hacerse los bobos. Tiene que doler y sangrar, para que se llame herida”, dice con pesar Emiliano Torres, vecino de la calle San Lázaro, esquina a San Nicolás.

San Nicolás, Centro Habana

Calle Industria, Centro Habana

En junio del pasado año algunos medios oficialistas reseñaron con inexplicable sorpresa que el gobernante cubano Miguel Díaz Canel había declarado que “el principal problema social acumulado que enfrenta Cuba hoy es el tema de la vivienda, que afecta sobre todo a las familias más vulnerables”. El mandatario, de acuerdo con esta prensa oficialista, “chequeó el actual plan de construcción de viviendas en el país, el cual tiene como objetivo entregar una casa diaria por municipio para paliar el déficit”.

Según datos publicados por el periódico Granma, el fondo habitacional de la isla asciende a tres millones 824 mil 861 viviendas, de ellas el 39 por ciento son consideradas de regular y mal estado técnico.

Calle San Miguel, Centro Habana

Calle Concordia, Centro Habana

El Toque, medio de prensa independiente en la isla, anunció ayer jueves a través de su cuenta de Twitter que el 40 por ciento del patrimonio inmobiliario a nivel nacional se encuentra entre regular y malo, mientras la carencia de viviendas se acerca al millón de casas.

https://twitter.com/eltoquecom/status/1223048124693766144

 

Ya a mediados del pasado año, el sitio digital IPS Cuba aseguraba que con 4,5 kilómetros cuadrados, La Habana Vieja tiene una población de 94.966 habitantes, con una densidad de 21.103 por kilómetro cuadrado; y que en el territorio existen más de 500 edificios en situación crítica. Las fotos de este artículo hablan por sí solas.

Para el ingeniero civil Carlos Alberto Miranda, específicamente el problema del fondo habitacional en la capital aún no se ha asumido con la urgencia que requiere y ese es, precisamente, el mayor error. “Para determinar qué hacer con un edificio en mal estado hay que primeramente hacer un estudio profundo de sus condiciones. No siempre es necesario demoler, a veces basta con restaurar. Lo peor es que al estar en un grado tal de abandono y despreocupación lo que hace un tiempo pudo haberse arreglado, hoy no tiene otro camino que tumbarse y volverse a levantar desde los cimientos”.

Calle Manrique, Centro Habana

Calle Manrique, Centro Habana

“En la parte vieja de la urbe, por ejemplo, hay que tener en cuenta el tema del patrimonio y las estructuras y estilos que son necesario conservar. Eso es algo importante. Pero no cabe duda de que lo primordial sea salvar vidas humanas. Estamos claros de que supone una inversión incalculable. Sería imposible analizar individualmente cada vivienda, pero a grandes rasgos la destrucción es impresionante. No basta con un plan que se supervise una vez cada seis meses. Los gobiernos municipales deben controlar el estado de las casas y evacuar a los habitantes en caso de peligro. Es un error pensar que solo está en riesgo el que habita una morada en malas condiciones. Estamos en riesgo todos. Yo he visto personas caminar tranquilamente bajo portales apuntalados, sin siquiera percatarse de que en cualquier segundo de infortunio un pedazo de cemento puede acabarle la vida”, añadió Miranda.

Calle Virtudes

Antonio, de Centro Habana, explica que hay quienes han intentado reparar las casas con sus propios medios. “Si te detienes a mirar aquí hay edificios en los que los apartamentos no están en correspondencia unos con otros. Lo mismo ves un balcón, que una columna o cualquier detalle que desentona y no es de extrañar. Se resuelve con lo que se tiene, pero no todo el mundo puede asumir una reparación por su cuenta. Estoy hablando de jubilados, de ancianos, o simplemente de profesionales cuyos salarios no les permite este tipo de obras”.

Malecón esquina a Manrique

“Si algo más malo llegara a pasarnos, más malo que vivir aquí, que ya eso es mucho, el gobierno no haría otra cosa que publicar una nota en Granma como esa que pusieron por la muerte de las tres niñas, donde prácticamente culpan al vecindario por negligente y por acceder a una zona inhabilitada por un cordón amarillo que nadie nunca vio. Pero bueno, hay que pagar el precio de vivir en un país condenado a matarte mientras agoniza”, lamenta Pablo, quien reside en la calle O’ Reilly esquina a Villegas.

Texto y fotos: Lucía Jerez

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