Cuba
Estudio revela cambios en cerebros afectados por ataques sónicos; Cuba lo rechaza
Aunque el estudio no sacó ninguna conclusión sobre la causa de los síntomas, las IRM confirman que “algo le sucedió a los cerebros de estas personas“, dijo Ragini Verma a la agencia AFP.
Un nuevo estudio de la Universidad de Pensilvania muestra que los “ataques sónicos” experimentados por el personal del gobierno de los EE. UU. en La Habana, Cuba, a partir de finales de 2016 pueden haber alterado el cerebro de las personas afectadas.
Los problemas de salud de los diplomáticos surgieron en 2016 después de que la administración de Obama reabrió la embajada en un esfuerzo por mejorar las relaciones con Cuba. La mayoría de los empleados fueron removidos de sus puestos un año después, en 2017.
El presidente Donald Trump culpó a Cuba por lo que el Departamento de Estado ha llamado “lesiones significativas” sufridas por los trabajadores. También empleados de la embajada canadiense se quejaron de problemas de salud similares y fueron retirados de la isla.
Este nuevo estudio viene a traer nueva leña a un fuego que parece apagado pero que a cada rato lanza una llamarada al viento.
Aunque el estudio no sacó ninguna conclusión sobre la causa de los síntomas, las IRM confirman que “algo le sucedió a los cerebros de estas personas“, dijo Ragini Verma a la agencia AFP.
Ragini Verma, especialista en imágenes cerebrales de la Universidad de Pensilvania y autora principal del estudio, dijo que los patrones no se parecen a nada que haya visto en enfermedades o lesiones cerebrales.
“Es bastante extraño. Es un verdadero misterio médico“, dijo Verma.
Algunas de las personas afectadas se han recuperado y han regresado a trabajar, pero otras aún están en rehabilitación, dijo la estudiosa.
El coautor del estudio, el Dr. Randel Swanson, especialista de Penn en rehabilitación de lesiones cerebrales, dijo que “no hay duda de que algo sucedió“, pero las pruebas de imagen no pueden determinar qué fue.
Swanson dijo que la mayoría de los afectados ha mejorado con la terapia física y ocupacional. “Están bien y han regresado al trabajo“, dijo Swanson, y admitió que a medida que pasa el tiempo, “será cada vez más difícil averiguar qué sucedió realmente”.
Sin embargo, el nuevo estudio fue recibido con cierto escepticismo entre otros especialistas.
“Encontrar evidencia de cambio cerebral no proporciona evidencia de lesión o daño cerebral“, dijo a Reuters el Dr. Jon Stone, profesor de neurología en el Centro de Ciencias Clínicas del Cerebro de la Universidad de Edimburgo.
Por su parte, el Dr. Sergio Della Sala, profesor de neurociencia cognitiva humana también en la Universidad de Edimburgo, calificó el estudio como “a medias“, y señaló que 12 de los trabajadores afectados que tenían antecedentes de conmoción cerebral antes de ir a Cuba se incluyeron en los análisis.
“En comparación, ninguno de los controles declaró lesión cerebral previa. Esto en sí mismo podría causar diferencias en los grupos estadísticos“, dijo Della Sala.
Ni Della Stella ni Stone, participaron en el estudio.
El nuevo estudio realizado en la Universidad de Pennsylvania buscó más que nada analizar resultados de las imágenes de resonancia magnética avanzadas entre 21 trabajadores afectados por el ataque sónico y otras 48 personas sanas con edades y antecedentes étnicos similares. Este arrojó que hay diferencias con el grupo diplomático en comparación.
Sin embargo, debido a que sus cerebros no se escanearon antes de su estadía en Cuba, no pueden saber si algo cambió en sus cerebros, un inconveniente del estudio que los investigadores reconocen.
De ello dio cuenta Stone.
“El nuevo estudio tiene otras limitaciones que debilitan los resultados, incluido un grupo de comparación que no se ajustó de manera uniforme a los pacientes.”
“Si realmente quiere sugerir que algo fundamentalmente diferente sucedió en Cuba … entonces el mejor grupo de control sería 40 personas con los mismos síntomas que no habían estado en Cuba y no tenían antecedentes de lesiones en la cabeza“, dijo el investigador.
“El estudio no confirma que haya ocurrido una lesión cerebral ni que las diferencias cerebrales se debieron a las extrañas experiencias que los diplomáticos dijeron que sucedieron en Cuba“, expresó con firmeza el experto.
Los resultados fueron publicados el martes en la revista de la Asociación Médica Americana. Un editorial de la revista dice que el estudio puede mejorar la comprensión de los síntomas informados, pero que la relevancia de las diferencias cerebrales es incierta.
Un estudio previo de la Universidad de Miami encontró daños en el oído interno en algunos trabajadores que se quejaban de ruidos y sensaciones extraños, Curiosamente este estudio se hizo sin tener registros médicos previos a los síntomas de las personas.
Sin un “cómo era antes”, es muy poco acertado aventurarse a afirmar algo.
A ello se aferra Cuba, que desde un inicio ha negado toda participación en el hecho.
“El artículo publicado hoy no cambia la situación”, dijo Johana Tablada, jefa adjunta de asuntos de Estados Unidos en Cuba. “El artículo reconoce que los cambios detectados son mínimos, que sus conclusiones son inciertas y que no pueden identificar la causa“.
Por su parte el científico líder cubano, el profesor Mitchell Valdez-Sosa, se sintió tan frustrado por la metodología del estudio y los “resultados no concluyentes” que él y sus colegas científicos dieron el paso inusual de convocar una conferencia de prensa.
El profesor Valdés-Sosa dijo que “los cambios en las imágenes del cerebro son muy pequeños, muy diversos y muy difusos” y afirmó que “no corresponden a una explicación coherente“.