Estudio asegura que “los estadounidenses están sosteniendo menos sexo que en los años 90´”

De acuerdo con un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior, los ciudadanos estadounidenses están teniendo menos relaciones sexuales ahora que en los años noventa, una tesis que encontrará no pocos estudiosos que la apuntalen, y teóricos que teorizarán sobre un asunto que algunos achacan al auge de la tecnología, la Internet, y hasta a las series de Netflix.

El diario The New York Times, el mismo diario que en agosto publicara en sus páginas un controversial artículo que señalaba que las mujeres en el socialismo tenían más sexo que en el capitalismo – utilizando como referencia un estudio hecho entre mujeres de las extintas República Federal Alemana y República Democrática Alemana – se ha hecho eco nuevamente de un tema como este y a modo de resumen expresa:

“Desde principios de la década de 1990 hasta principios de la década de 2000, los estadounidenses generalmente tenían relaciones sexuales entre 60 y 65 veces al año, según el estudio. Pero después de 2002, los estadounidenses parecían perder interés. Si bien el descenso ha sido casi general, un grupo parece estar derribando a todos los demás: las parejas casadas. 

Las parejas casadas generalmente tienen relaciones sexuales con más frecuencia que las personas solteras, pero esa ventaja está disminuyendo. Las parejas casadas tuvieron relaciones sexuales un promedio de 56 veces al año en 2014, frente a 67 en 1989. Pero hay más personas que permanecen solteras, lo que significa que hay menos relaciones sexuales, y las parejas que caminan por el pasillo realizan menos viajes al dormitorio.” 

Por su parte, el diario The Atlantic “trató de averiguar por qué los estadounidenses tienen menos relaciones sexuales” y citando a un experto expresa:

“A lo largo de muchas conversaciones con investigadores sexuales, psicólogos, economistas, sociólogos, terapeutas, educadores sexuales y adultos jóvenes, escuché muchas otras teorías sobre lo que he llegado a pensar en la recesión sexual. Me dijeron que podría ser una consecuencia de la cultura de la conexión, de las presiones económicas aplastantes, de los crecientes índices de ansiedad, de la fragilidad psicológica, del uso generalizado de antidepresivos, de la transmisión de televisión, de los estrógenos ambientales filtrados por los plásticos, de la caída de los niveles de testosterona, de la tecnología digital. La pornografía, de la edad de oro del vibrador, de las aplicaciones de citas (…), de los teléfonos inteligentes, del ciclo de las noticias, de la sobrecarga de información en general, de la falta de sueño, de la obesidad. Nombra una plaga moderna, y alguien, en algún lugar, está listo para culparla por jugar con la libido moderna.”

¿Cuánto de cierto hay detrás de todo eso?

Al menos las palabras resaltadas en negritas parecen influir – según el criterio de este redactor – en que ahora “se practique menos el sexo”, y si el estudio lo dice, si la investigación es seria y amplia, pudiera ser verdad.

Pero, ¿qué cree la gente?

Tres amigos consultados a través de Facebook expresan que en años anteriores no había tanta necesidad de libertad en las personas y menos stress.

Lissette Díaz dice que “las mujeres de su familia, antes, incluso siendo adolescentes ya estaban pensando en casarse”.

“Ninguna de mis primas, excepto una, se ha casado; todas, excepto ella, pasamos de los 30´y somos felices solteras. Supongo que siendo solteras en nuestra familia se cumpla el estudio”.

Jorge F. expresa que existen muchos factores para que la gente sostenga menos sexo en la actualidad.

Asegura que él lo practica bastante, pero que considera que ahora hay menos parejas.

“Mi criterio personal es que antes yo veía más personas, parejas, por la calle. Era común ver las personas sostenidas de la mano. Creo que ahora la gente se casa más tarde, y aunque hay más libertad, la gente se cuida; hay muchas enfermedades por ahí“, dice.

Mary O. cree que emigrar a los EE.UU. provocó “relajación” en su pareja a quién no quiere identificar.

“Ya no es como antes; ahora llega más cansado a la casa; se baña, come, se acuesta a ver Netflix y se queda dormido.”

“Si no trabaja al otro día es que tengo más oportunidades,” expresa riéndose.

¿ Y Usted, qué opina?